viernes, 26 de febrero de 2010

La finalidad de los radares reconocida. (Política, Economía. 102)

Este tema ya lo he tocado en las notas 74, 69, 48 y 46 (estas dos últimas de Agosto 09, que no están numerdas), poniendo en evidencia el ansia recaudatoria de las normas de circulación actuales.


Bueno, pues es que ya te lo reconocen ellos mismos!!, que el fin no es reducir victimas sino rentabilizar la inversión!!.

Pues estupendo...

Aquí os muestro un artículo muy descriptivo sobre el fin de los radares, de Carlos Cancela:

La Burbuja de los radares:
"La semana pasada, con motivo de una reunión del Foro Nueva Economía, el Director General de Tráfico dejó muy claro que su interés prioritario es hacer rentables las inversiones de su departamento. Rentables única y exclusivamente en términos de dinero recaudado y no desde un punto de vista mucho más abierto como puede ser el reducir las víctimas del tráfico, evitar la sangría que para la sociedad supone cada accidente con víctimas.

Para Pere Navarro no tiene sentido poner radares en carreteras de segundo orden donde haya menos de 6.000 vehículos/día, aunque es en esas carreteras donde se producen casi 3 de cada 4 accidentes con víctimas. Es un problema de inversiones y de recuperar esas inversiones. Cada radar nos cuesta a todos los españoles, o al menos a los que pagamos impuestos, 70.000 euros de media.

Para recuperar esa inversión estos radares hay que ponerlos en las rectas, si es posible en bajada, en tramos que no tengán ningún problema de seguridad, porque así es como se hace más caja. Y eso es lo único que le interesa al señor Navarro. Un dato importante, en autopistas y autovías de calzada desdoblada se producen menos del 10% de los siniestros. Y es donde están la inmensa mayoría de los radares.

Hace unos meses les hablaba de la Dirección General de “Tributos”, porque este departamento del Ministerio del Interior que dirige el señor Navarro tiene como principal objetivo recaudar dinero. Entonces les hablaba de marketing, de estudios económicos, de inversiones, y el mejor ejemplo son las últimas palabras de Navarro. No importa, para nada que haya menos víctimas, sino que el objetivo es recaudar más dinero.

Y las previsiones son aún más negras para todos los conductores en los próximos años. Acabaremos pagando con nuestras multas los sueldos de cientos de políticos que no saben de nada más que, simplemente, ser políticos.

Navarro ha dejado claro en su exposición que las carreteras españolas no tiene capacidad de para absorber un número ilimitado de radares. Que “sólo” se van a poder poner entre 150 y 200 cada año, y eso hasta que se llegue a un máximo, que no quiso definir.

Estas son las palabras que Pere Navarro dijo en dicha reunión : “me siento cómodo con que haya un radar en una recta de una autovía, porque la función de los puntos de control es precisamente que las velocidades se cumplan y no tiene sentido instalar un radar fijo en una carretera secundaria con una circulación por debajo de los 6.000 vehículos”.

Cuando el señor Navarro se desplaza lo hace en un coche oficial con chofer que le pagamos todos los españoles, quizá con nuestros impuestos o con nuestras multas. Lo mismo que el resto de políticos, de policías o de altos cargos. Pero ellos pasan por los puntos del radar sin mirar la velocidad a la que pasan, porque para ellos es barra libre (perdón velocidad libre).

Tengo que decir que yo estoy de acuerdo con que se cumplan los límites de velocidad, pero que lo hagamos todos, policías, ministros, directores general de tráfico y hasta el ilustre Zapatero. O no somos todos iguales ante la ley.

Y lo que me parece absurdo es que sigamos con los mismos límites de velocidad de los años setenta y con que a un funcionario de la Dirección General de Carreteras se le ocurra la genial idea de limitar en un tramo de carretera de tres carriles con una perfecta visibilidad y sin ningún peligro a 60 km/h . O a 90 km/h en una curva muy amplia de una autovía que se puede hacer perfectamente a 200 km/h. Y con los tramos de velocidad controlada, que van a llegar en breve, con los que tendremos en marcha el “peaje oficial”.

O las mejores calles de una ciudad, las más anchas y seguras, con una limitación de 30 km/h. Los alcaldes no son tontos y han visto que la mejor manera de hacer caja en sus ayuntamientos es poner multas de tráfico. Se acabó la burbuja inmobiliaria y ahora empieza la burbuja del tráfico.

¿Quien se acuerda a estas alturas de la seguridad vial? Desde luego Pere Navarro y su departamento de marketing no. "

De aquí:
http://www.elconfidencial.com/automaniacos/burbuja-radares-20100222.html

1 comentario:

  1. El acto fue realizado el 16-02-10 en un desayuno informativo del Foro de la Nueva Sociedad organizado por Nueva Economía Fórum (una organización dedicada a organizar debates).

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