miércoles, 23 de septiembre de 2009

Proyecto Indect, o como la ciencia ficción se vuelve realidad. (Política, Economía 57)

Hace unas semanas publicaba en la Nota 54 algo muy relacionado con esto, y esta noticia de hoy va confirmándolo. El Proyecto Indect, una versión europea del Echelon norteamericano (recomiendo ver la película Echelon), una red de espionaje panaeuropea que serviría para monitorear toda la actividad en Internet e incluso las llamadas telefónicas para -dicen- la “detección automática de amenazas y comportamientos anormales o violentos”. Según la web de la Comisión Europea, el proyecto se inició en enero y está presupuestado en 14,86 millones de euros (más de 2.472 millones de pesetas). El asunto lo destapaba el sábado pasado un diario británico, el Telegraph, sin que apenas haya encontrado eco en los medios españoles.



El proyecto ya ha despertado la atención de varias ONGs. La británica Liberty ha advertido que “perfilar a poblaciones enteras en vez de monitorizar a sospechosos individuales es un paso siniestro en cualquier sociedad. Es bastante peligroso a nivel nacional, pero en una escala europea la idea se convierte en algo escalofriante.” Desde Open Europe afirman que este proyecto es “orwelliano”, y advierten: “Estos proyectos implican una gran invasión de la intimidad y los ciudadanos tienen que preguntarse si la UE debería gastar sus impuestos en ellos”.

Esas denuncias no son gratuitas, pues ese proyecto se propone la “construcción de agentes asignados a la vigilancia continua y automática de los recursos públicos, tales como: páginas web, foros de discusión, grupos de Usenet, servidores de archivos, redes P2P” e incluso “los sistemas informáticos individuales”, es decir, ordenadores personales, y todo ello sin que la Unión Europea disponga de un sistema judicial eficaz y común con el que someter a control estos sistemas de espionaje panaeuropeos.

En este proyecto colaboran los departamentos de informática de varias universidades europeas, entre ellas la Universidad Carlos III de Madrid, una universidad pública (lo raro es q no lo patrocine la SGAE). También colabora en Indect una empresa española, Moviquity, cuya misión, según su web, es “proporcionar soluciones y servicios de alta innovación en tecnología móvil, integración de redes y sistemas IP y comunicaciones”, y entre cuyos clientes figuran empresas de comunicaciones como Telefónica y Siemens.

Joseph Watson, desde PrisonPlanet, considera que los métodos que se emplean en el Indect Project europeo son una versión tecnológicamente avanzada de un concepto teórico social formulado por Jeremy Bentham en 1785: el panóptico, un edificio-cárcel especialmente diseñado “para permitir a un vigilante observar (-opticon) a todos (pan-) los prisioneros sin que los prisioneros sean capaces de distinguir si están siendo observados”. Estamos ante algo alarmante que implica la invasión sistemática de la privacidad de nuestras comunicaciones con el clásico pretexto de la seguridad. Lo cual, en fin, recuerda una famosa cita de Benjamin Franklin: “Aquellos que sacrifican la libertad por la seguridad no se merecen ninguna de las dos.”

¿Contratarán a Mercedes Milá? Porque esto es cada vez un Gran Hermano, pero de verdad, y es que no hay suficientes problemas en Europa como para q la UE se gaste el dinero de nuestros impuestos en un programa de vigilancia y espionaje de ciudadanos. Hasta donde llegará todo esto. Si esto ocurre ahora que no ocurrirá en 15 años?. En fin...

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