lunes, 18 de octubre de 2010

El islamismo en guerra (Parte 2). Similitudes con el nazismo y preguntas que habría que hacerse. (Islam, Oriente Medio. 48)

El islamismo incorpora una parte de Europa en su Dar al-Harb [la Casa, el mundo de la guerra] y otra parte en su Dar al-Islam, “profanada por los cruzados”, como consideran Al-Andalus, la península ibérica [España y Portugal], Grecia, el sur de Italia, parte de Austria, Bulgaria.

El islamismo y su sanguinario Yihad son enmascarados y camuflados por los “bienpensantes” occidentales que los califican de minoritarios, desviados, equivocados, y que malinterpretan el Islam, a pesar de que hasta la fecha ninguna universidad islámica ha descalificado a los yihadistas, ni ha estigmatizado a los islamoterroristas y ni les ha declarado no-musulmanes, como se les declara a los que cometen suicidio por depresión u otro motivo. Los islamikazes no son considerados suicidas en el mundo musulmán, lo que les imposibilitaría automáticamente ser enterrados en cementerios musulmanes. Todo lo contrario, todos aquellos de los que se han podido recuperar sus restos han sido enterrados en cementerios musulmanes.
Los defensores del Islam y sus mercenarios, los colaboracionistas izquierdistas europeos, pregonan que esta religión es en realidad una religión tolerante, pacífica y critican a los que vinculan el Islam y el terrorismo islámico, pero ni uno de aquellos ha sabido explicar cómo esta teórica y pretendidamente pacífica religión es tan malinterpretada por precisamente sus fieles más devotos, y creyentes más fervientes.

Es bien cierto que no todos los musulmanes están encuadrados en el Yihad, como no todos los alemanes lo estaban en las SS, pero no es menos cierto que la gran mayoría de alemanes se hizo cómplice por su falta de rechazo al nazismo, así la mayoría de los musulmanes devienen cómplices por su falta de repudio al islamismo y al Yihad.

El silencio, por miedo, apatía, aburrimiento, indolencia, cansancio, indiferencia, de la mayoría de la población musulmana le hace cómplice de los islamistas.

Es un silencio comprometedor y cómplice, pues lo que está en juego no es una simpleza, ni algo nimio, es la vida humana y las libertades. Sin vida no hay ni religiones ni ideologías, no hay nada. Lo más sagrado es la vida, y si sobre la vida de los que no profesan la misma religión, y también sobre la vida de los mismos correligionarios, no se manifiesta más que pura apatía, indolencia, indiferencia, es que la vida de los humanos es indiferente a los “cómplices silenciosos” de esta mayoría musulmana.

La culpabilidad y responsabilidad recae absolutamente en los perpetradores de los crímenes, pero la culpa y la responsabilidad recae en la mayoría de la población musulmana que no dice ni hace nada contra la barbarie islámica.

Muchos pueden pensar que no estamos en la década de los 30 del siglo pasado. Es cierto, pero si que estamos frente el avance del terrorismo yihadista en todo el orbe, que atenta contra la libertad, la democracia, y la vida, y no sólo en tierras musulmanas, sino también en Occidente en general y en Europa en particular.

Antaño los nazis no escondían ni enmascaraban sus intenciones destructivas y supremacistas, hoy tampoco los islamistas las esconden o enmascaran. No les mueve el deber de decir la verdad; es su creencia prepotente, la fe ciega y acrítica en su pretendida superioridad racial, en el caso nazi, y su pretendida superioridad religiosa en el islamismo lo que les impele a declarar sus planes y designios bélicos sin ningún disimulo.

Antes del ascenso nazi, la mayoría de los europeos en general y de los alemanes en particular, consideraba las arengas y peroratas nazis en Munich de puras quimeras y delirios de muchachotes que se les calentaba la cabeza por el exceso de consumo de cerveza en las tabernas bávaras.

Hoy a pesar de las proclamas, soflamas y manifiestos contra los valores del mundo libre, repetidas hasta la saciedad por los islamistas, la mayoría de occidentales no quiere ver ningún atisbo de violencia, y lo consideran como delirios de musulmanes exaltados por un trasnochado estado místico religioso.

El nihilismo moral, la exaltación de la muerte, la exacerbación de la fuerza y violencia, y el rechazo a la piedad eran el substrato ideológico del nazismo, como hoy lo son del islamismo.

Es bien cierto que no todos los musulmanes son terroristas, ni yihadistas, pero no es menos cierto que todos los islamoterroristas son musulmanes.

Los alemanes de la época nazi tuvieron la obligación moral de rechazar el nazismo y sus atrocidades. No fueron únicamente los que votaron el nazismo los responsables morales de la barbarie nazi, lo fueron también aquellos que no habiéndoles votado no se manifestaron, no rechazaron, no se opusieron al mal, y callaron ante el auge del nazional-socialismo. Aquellos alemanes son responsables moral y éticamente de los crimines de sus compatriotas. Acabada la 2ª Guerra Mundial así lo entendieron las elites y gobiernos alemanes, por lo que pidieron perdón a las víctimas, instruyeron a los escolares y ciudadanos en los horrendos crímenes que su pueblo había cometido, y cambiaron la ideología sustentadora del nazismo por una democrática y de respeto por la vida.

Los musulmanes de nuestra época tienen la obligación de repudiar el islamismo, sobretodo cuando ellos mismos conforman la mayor parte de las víctimas del Yihad. La mayoría de musulmanes no participan ni colaboran con el islamoterrorismo, pero todos los musulmanes tienen la obligación de condenar explícita el terrorismo, de denunciar de forma inequívoca el Yihad, el islamismo, y sin doble lenguaje, la masacre de inocentes; de repudiar a los yihadistas como correligionarios y expulsarlos de sus mezquitas y de su seno.

Los musulmanes son correligionarios de los islamistas que asesinan en nombre de Alá, que quieren imponer el Islam, el Corán y la Shari´a en todo el orbe, por lo que les corresponde manifestarse en contra de la Yihad y del terrorismo islámico.

Las comunidades musulmanas tienen el deber ético de explicitar repetitivamente a través de anuncios en las diversas cadenas televisivas, radios y todos los medios de comunicación su condena clara, total y absoluta al terrorismo religioso islámico. No pueden seguir con la mirada a otra parte, ni con la idea de que ¿acaso son guardas de sus hermanos?

El silencio hace cómplice a quien calla, y el deber moral del que discrepa verdaderamente del crimen es manifestarse en contra, si es que realmente desaprueba los actos del islamismo.

El azote del terrorismo, el flagelo de la amenaza de más atentados en nombre de Alá, el Corán y la Shari´a, las reiteradas declaraciones de numerosos jeques, ulemas, imames, y líderes religiosos del Islam que pregonan a los cuatro vientos que “la guerra con los musulmanes no ha hecho más que empezar”, como recientemente ha declarado el estadounidense Faisal Shahzad, responsable del atentado fallido en Times Square, no sólo se ve confirmada por la continúa serie de crímenes que los devotos del Islam comenten a lo ancho del planeta, y todos ellos consagrados a su divinidad, sino también porque desde 1950 hasta la fecha los islamistas han asesinado a más de 10 millones de correligionarios en nombre de Alá, del Islam y del Corán. [2]

Algunos pensarán que se está exagerando cuando se afirma que el islamismo avanza en todo el orbe, en los países musulmanes, y en Occidente, pero entonces cómo responderán a:

¿Porqué tantos controles en los aeropuertos?

¿Quiénes son los que cometen atentados en aviones, en trenes, metros, autobuses, colegios, hospitales?

¿Quiénes son los que entregan sus fieles a la muerte para glorificar a su divinidad? ¿Qué religión enaltece el suicido islamikaze y asesinato de infieles?

¿A qué religión pertenecen los que envían a sus hijos a autoinmolarse para su religión? ¿Porqué tanto miedo a criticar y ridiculizar en los medios de comunicación dogmas del Islam, cuando son tan habituales realizarlos sobre el cristianismo?

¿Porqué la prensa occidental critica y clama al cielo por la estúpida amenaza de un ridículo y desconocido pastor protestante en quemar el Corán y silencia la quema continua no sólo de Biblias, iglesias, sino de familias cristianas en Pakistán y otros países musulmanes?

¿Porqué tanto miedo y prevención en prohibir burkas en las calles europeas cuando están prohibidos completamente los símbolos cristianos en Irán, Arabia Saudita y tantos países musulmanes?

¿Porqué los medios de comunicación occidentales silencian la limpieza religiosa que se lleva a cabo en tantos países musulmanes contra sus minorías no-musulmanas? ¿Porqué hay tanto cuidado y pavor en relacionar el Islam con el terrorismo islámico, cuando se ha asociado hasta la saciedad el terrorismo comunista con el comunismo, el terrorismo fascista con el fascismo, y los mismos islamistas reivindican el Islam y el Corán como motor y justificación de su terror?

¿Por qué se afirma en Occidente que el islamismo es una desviación del Islam, cuando los más famosos profesores de universidades musulmanas y líderes religiosos del Islam afirman y argumentan basándose en el Corán, que los islamistas actúan conforme a su texto sagrado y siguen las pautas de la vida de Muhammad?

¿Porqué los medios de comunicación no traducen las continuas arengas, alocuciones y discursos de los jeques, mulás, y líderes religiosos del Islam, cuando aquellos [los medios de comunicación occidentales] repiten hasta la sociedad, generalmente tergiversadas y sesgadas, las declaraciones del Papa, y de los líderes religiosos cristianos y judíos en los medios de comunicación?

¿Porqué los árabes y/o musulmanes que quieren la paz, que los hay, tienen que protegerse de sus hermanos y correligionarios?

¿Porqué que apostatan del Islam son los únicos entre los apostatas que temen por su vida?

¿Porqué los nuevos cristianos, ex musulmanes que han apostatado del Islam, se tienen que esconder, y con temor por sus vidas, mientras alcanzan cargos de relevancia en Occidente los conversos del Islam procedentes del cristianismo?

¿Por qué se critica únicamente la repugnante e inmoral pederastia de algunos sacerdotes católicos cuando el credo cristiano lo prohíbe, y siendo los pederastas una ínfima minoría entre los clérigos católicos, y se hace extensiva a la Iglesia Católica la falta de aquellos, y se silencia la habitual y sobreabundantemente existente en el mundo musulmán, cuando además es legitimizada por el Corán, y fue abiertamente practicada por Muhammad, y en ningún momento se hace extensiva al Islam?

¿Porqué se intenta criminalizar y castigar al político holandés antiterrorista Geert Wilders por decir que el Corán es el Mein Kampf del Islam, y se le califica de ultraderechista, cuando el fallecido premio Nobel de Literatura y comunista José Saramago pregonaba a los cuatro vientos que la Biblia era un libro inmoral, y que sin ella seríamos mejores y que es un libro terrible y de malas costumbres que no debería estar al alcance de los niños, o el presidente socialista del gobierno español, Zapatero, que el cristianismo ha sido uno de los grandes problemas de la humanidad? [3]

Por Eduard Yitzhak para Guysen International News


NOTAS:
2] http://articles.latimes.com/2010/oct/05/nation/la-na-times-square-bomber-20101005 http://www.nydailynews.com/ny_local/2010/10/05/2010-10-05_defiant_faisal_shahzad_pakistani_immigrant_who_tried_to_bomb_times_square_senten.html http://www.thereligionofpeace.com/


[3] http://persecucion.iglesia.net/index.php?/persecucion-cristiana/leer/zp-el-cristianismo-es-uno-de-los-grandes-problemas-de-la-humanidad/ http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2008/09/21/zapatero-adulador-servil-del-islam-y-men-1 http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo880 http://www.elcorreo.com/agencias/20101006/mas-actualidad/mundo/juicio-wilders-reanuda-defensa-queja_201010061622.html http://www.elpais.com/articulo/internacional/Aplazado/juicio/Geert/Wilders/lider/ultraderechista/holandes/incitar/odio/musulmanes/elpepuint/20101004elpepuint_1/Tes http://www.publico.es/agencias/efe/262686/saramago-dice-que-el-dios-de-la-biblia-no-es-de-fiar-es-mala-persona-y-vengativo

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