martes, 29 de mayo de 2012

Los recortes de impuestos estimulan la economía de Suecia. (Economía, Política. 705)

Efectivamente, y pese a las criticas previas, es justo lo contrario a las medidas llevadas a cabo en países como España. Como bien dice el ministro de finanzas sueco:  “Miren a España, Portugal o el Reino Unido, cuyos gobiernos defendieron grandes paquetes temporales de estímulo”. “Bueno, ahora resulta claro que muy poco de ese estímulo llegó a la economía. Pero estos países sí se han quedado con la deuda”, haciendo cómo no, cada vez, el problema más grande y dificil de resolver:

"Lo leí por primera vez en el venerable Spectator. Pensé que en cuanto tuviera un momento de tranquilidad verificaría los datos económicos. Ahora acaba de hacerse eco José Carlos Rodríguez en las páginas de Alba. Como explica Rodríguez, Suecia, la cuna del Estado del bienestar, vio lo que se nos venía encima y empezó a hacer los deberes hace ya tiempo: instauraron un límite constitucional del 1% del PIB para su déficit, entregaron a la gestión privada la sanidad y la educación, adoptaron recortes en pensiones… y bajada de impuestos.

El caso es que desde el comienzo de la crisis, el mundo académico, prestigiosas instituciones internacionales y la mayoría de los funcionarios públicos han animado a los gobiernos a hacer justo lo contrario de lo que ha hecho Suecia: llevar a cabo un gasto masivo keynesiano para estimular la economía. En España se llamó Plan E y consistió, entre otras cosas, en levantar aceras para volverlas a construir a continuación; ¿se acuerdan?

Suecia no tomó ese camino. Su ministro de finanzas, Anders Borg, decidió hacer lo contrario: reducir los tipos impositivos marginales y contraer el gasto del Estado, recortando las finanzas públicas. Recorte, sí, pero estímulo al crecimiento por la vía de reducir la presión fiscal y dejar más rentas en manos de quienes las han generado. Le llamaron loco, pero Borg respondía que locura era repetir la política económica de los años 70 y esperar un resultado diferente…
¿Y cómo les ha ido a los suecos?

Pues el paro, que en 2008 se disparó hasta superar el 8%, ha empezado a bajar y ya se sitúa en el 7% (¿alguien se acuerda de cuándo tuvimos esa tasa de desempleo en España?).

Tras una caída del PIB del 5,3% en 2009, Suecia ha recuperado la senda del crecimiento con incrementos del 5,7% en 2010 y del 4,4% en 2011. No está mal para un entorno que se debate entre el estancamiento y el decrecimiento.

En lo que se refiere a la deuda pública, ésta supone el 36% de su PIB, muy lejos de tantos países europeos que igualan su deuda pública a su PIB. Y el presupuesto tiene un ligero superávit, del 0,6%
Con estos datos, el ministro de finanzas saca pecho: “Miren a España, Portugal o el Reino Unido, cuyos gobiernos defendieron grandes paquetes temporales de estímulo”, dice Borg. “Bueno, ahora resulta claro que muy poco de ese estímulo llegó a la economía. Pero estos países sí se han quedado con la deuda”.

Pero no parece que nuestros políticos tomen nota; al contrario. La nueva subida de impuestos que nos cae encima, esta vez le toca al IVA, incidirá sobre unas familias que ya están al límite y tendrá un impacto negativo sobre el consumo, haciendo quebrar a más empresas y engrosando la lista de desempleados. El camino elegido para no afrontar las reformas estructurales (traumáticas, lo reconocemos) que España necesita se está demostrando cada vez con mayor claridad la vía hacia una profunda recesión que promete durar lustros. Cuando uno lee cómo en Suecia han sido capaces de reaccionar y contempla a continuación el paisaje nacional no puede evitar una triste desazón. ¿Están ciegos nuestros gobernantes? ¿Les falta coraje? ¿Para eso les votamos? ¿Qué más tiene que pasar para que actúen con valentía y rectifiquen unas políticas que nos están hundiendo?"

Fuente: Vida Inteligente

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