miércoles, 20 de febrero de 2013

"La dación en pago retroactiva provocaría menos crédito, más paro, más depresión y más desahucios" (Vivienda, Burbuja inmobiliaria. 78)

Nadie duda de que hay soluciones para ciertos casos o ciertas medidas paliativas. Pero sin lugar a dudas, una dación en pago con efectos retroactivos provocaría consecuencias nefastas agravando mucho más el problema que se quiere solucionar:

El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, alerta del grave problema que arrastra españa con los desahucios de vivienda. Se muestra a favor de paralizar los desahucios, tal y como pide la plataforma de afectados por la hipoteca (PAH), pero está en desacuerdo con la forma de pararlos: la dación en pago con carácter retroactivo. Considera que esta propuesta sería “uno de los grandes errores de política económica de la historia de españa” y que provocaría “más destrucción de pymes, más destrucción de empleo, más depresión y más desahucios”.

En su opinión, si se aplicara la dación en pago provocaría un aluvión de casas, cuyo precio sería inferior al valor de la hipoteca, en manos de los bancos. Pero además alega que como esas casas tendrían que ser financiadas, esos recursos dejarían de destinarse a dar nuevos créditos para las pymes, con lo que “habría más cierre de empresas, más depresión, más caída del precio de la vivienda, más pérdidas para el sistema bancario, más déficit y más deuda pública y vuelta a empezar”.
Además, recuerda que el principal instrumento de financiación de los bancos son bonos con garantía hipotecaria, es decir, las cédulas hipotecarias. “Este es el único instrumento que nuestros bancos consiguen emitir en los mercados de capitales y es el principal instrumento que han usado de garantía para pedir créditos al bce y evitar el colapso de nuestros sistema financiero”, añade. Hace hincapié en que si se aceptara la dación en pago retroactiva, “la calidad crediticia de esos activos sufriría un grave deterioro. Las cédulas hipotecarias suman la friolera cifra de 425.000 millones de euros emitidos, más del 40% de nuestro pib”. Esto reduciría su valor como garantía para el BCE provocando más restricción de crédito, más destrucción de pymes, más destrucción de empleo, más depresión y más desahucios.

Por ello, José Carlos Díez propone que entre el banco, el deudor y el gobierno se calcule la cuota mensual que podría pagar el deudor. “Con esa cuota se estima la deuda que supondría un préstamo a 30 ó 40 años a tipos de interés razonables y se condona la deuda pendiente que supere esa cifra”, añade.

En cuanto a las familias  o personas vulnerables y sin ningún tipo de ingreso, propone la condonación de la deuda y también un plan de vivienda social. “Nadie entendería que con un millón de casas vacías la democracia no pueda resolver este caso de pobreza extrema”, comenta, para añadir que este plan necesitaría ayudas públicas en los bancos ya nacionalizados pues son los que concentran la mayor parte de las hipotecas vulnerables.

Díez termina aseverando que no va a permitir que sus hijos “paguen una deuda pública destinada a pagar un plan para gente que asumió riesgos, que se equivocaron y que si no está en riesgo de exclusión financiera se aprovechen de estos planes”".

Fuente: Idealista (artículo original Cinco Días)

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