Este es un nuevo ejemplo de lo que implica el poder político y el intervencionismo, presente en todos los ámbitos, aunque ¡cómo no!, se acusa al libre mercado de lo que ocurre, cuando brilla por su ausencia. Y es lo que ocurre a gran escala en el país:
El poder político se interfiere en todos los ámbitos haciendo nulo caso al mercado, muy intervenido. El Estado avala múltiples préstamos (como hizo con los bancos), lo que incentiva el endeudamiento, las malas inversiones, el bajo control del riesgo...(y la llegada de problemas)
Y además, rescata a quién haga falta pagando favores a amigos, o por la preión de lobbies, por votos...y en definitiva a quién lo ha hecho mal (pero que mientras le ha ido bien, se ha llevado las ganancias) con el dinero de los ciudadanos y de los que lo han hecho bien.
Se trata una vez más de premiar a los culpables y castigar a los inocentes. Y eso no es capitalismo. Y no es libre mercado.
Puesto que se obliga a la fuerza a la socialización de pérdidas.
¿Qué ocurriría en un mercado libre?
En primer lugar, el club reduciría drásticamente su irresponsabilidad y pésima gestión si no hay una entidad pública, un gobernante que con el dinero de otros (de ciudadanos) le avalara sus deudas facilitando así su crecientes presupuestos, endeudamientos insostenibles y fichajes imposibles (porque sabe que si no lo hace bien, pagarán las consecuencias)
En segundo lugar, no habría detrás unas TV públicas que pagan absolutas barbaridades por emisiones de fútbol haciendo competencia desleal a las TV privadas sin previo consentimiento de los contribuyentes que ven que tienen que destinar dinero (en muchos casos muy necesarios en sus propios bolsillos) para sugragar contratos estrella y comisiones insultantes (de sospechosa ética cuando menos).
Es tan sencillo, como que el futbol (que es el ejemplo tratado) debe tener las dimensiones que sus socios, patrocinadores...estén dispuestos a pagar libremente (no mediante la coacción estatal). Y en última instancia, los acreedores que le han prestado al Valencia a sabiendas de su dificil situación (lo que incluye accionistas como propietarios del club que son) deben responder ante dicha sitaución y gestión. Nunca, en ningún caso, debe responsabilizarse a aquellos que nada tienen que ver con él (ni les gusta el fútbol ni se gastan el dinero en él porque consideran que hay cosas más importantes).
Y este es un ejemplo más de lo que ocurre en los distintos ámbitos de la sociedad. Una intervención estatal que provoca o agranda un problema incrementando artíficialmente una
oferta superior a la demanda real (lo que crea una burbuja, que siempre acaba explotando), y luego hace responsables al resto de ciudadanos o agentes cuya responsabilidad es nula.
Y eso no es capitalismo o mercado como se lanza la voz (por desconocimiento o interés). Es todo lo contrario.
Y si el Valencia tiene que jugar en otra categoría, es su problema y no el mío (o desde luego no debería ningún político imponer que fuera también mi problema). Su ajuste será sano (y no dañino para el resto de la sociedad) y le permitirá un crecimiento más real, sostenible y responsable.
El obligar a seguir poniendo más y más dinero a los ciudadanos (con lo que implica no emplarlo en otros usos más deseables o productivos) para mantener la fiesta que disfrutan algunos (los implicados directamente) evitando retardando las medidas necesarias para corregir excesos es una muy mala solución (y desgraciadamente repetida y aplicada hasta la saciedad en otros ámbitos de la economía y sociedad) que agrava el problema original.
Esta es la notícia:
El poder político se interfiere en todos los ámbitos haciendo nulo caso al mercado, muy intervenido. El Estado avala múltiples préstamos (como hizo con los bancos), lo que incentiva el endeudamiento, las malas inversiones, el bajo control del riesgo...(y la llegada de problemas)
Y además, rescata a quién haga falta pagando favores a amigos, o por la preión de lobbies, por votos...y en definitiva a quién lo ha hecho mal (pero que mientras le ha ido bien, se ha llevado las ganancias) con el dinero de los ciudadanos y de los que lo han hecho bien.
Se trata una vez más de premiar a los culpables y castigar a los inocentes. Y eso no es capitalismo. Y no es libre mercado.
Puesto que se obliga a la fuerza a la socialización de pérdidas.
¿Qué ocurriría en un mercado libre?
En primer lugar, el club reduciría drásticamente su irresponsabilidad y pésima gestión si no hay una entidad pública, un gobernante que con el dinero de otros (de ciudadanos) le avalara sus deudas facilitando así su crecientes presupuestos, endeudamientos insostenibles y fichajes imposibles (porque sabe que si no lo hace bien, pagarán las consecuencias)
En segundo lugar, no habría detrás unas TV públicas que pagan absolutas barbaridades por emisiones de fútbol haciendo competencia desleal a las TV privadas sin previo consentimiento de los contribuyentes que ven que tienen que destinar dinero (en muchos casos muy necesarios en sus propios bolsillos) para sugragar contratos estrella y comisiones insultantes (de sospechosa ética cuando menos).
Es tan sencillo, como que el futbol (que es el ejemplo tratado) debe tener las dimensiones que sus socios, patrocinadores...estén dispuestos a pagar libremente (no mediante la coacción estatal). Y en última instancia, los acreedores que le han prestado al Valencia a sabiendas de su dificil situación (lo que incluye accionistas como propietarios del club que son) deben responder ante dicha sitaución y gestión. Nunca, en ningún caso, debe responsabilizarse a aquellos que nada tienen que ver con él (ni les gusta el fútbol ni se gastan el dinero en él porque consideran que hay cosas más importantes).
Y este es un ejemplo más de lo que ocurre en los distintos ámbitos de la sociedad. Una intervención estatal que provoca o agranda un problema incrementando artíficialmente una
oferta superior a la demanda real (lo que crea una burbuja, que siempre acaba explotando), y luego hace responsables al resto de ciudadanos o agentes cuya responsabilidad es nula.
Y eso no es capitalismo o mercado como se lanza la voz (por desconocimiento o interés). Es todo lo contrario.
Y si el Valencia tiene que jugar en otra categoría, es su problema y no el mío (o desde luego no debería ningún político imponer que fuera también mi problema). Su ajuste será sano (y no dañino para el resto de la sociedad) y le permitirá un crecimiento más real, sostenible y responsable.
El obligar a seguir poniendo más y más dinero a los ciudadanos (con lo que implica no emplarlo en otros usos más deseables o productivos) para mantener la fiesta que disfrutan algunos (los implicados directamente) evitando retardando las medidas necesarias para corregir excesos es una muy mala solución (y desgraciadamente repetida y aplicada hasta la saciedad en otros ámbitos de la economía y sociedad) que agrava el problema original.
Esta es la notícia:
"Según el Gobierno autonómico, Bankia ha pedido ese pago para negociar el aplazamiento del grueso de la deuda, de 80 millones de euros. El Ejecutivo valenciano ha heredado esa deuda tras avalar el préstamo por el que la Fundación Valencia CF compró la mayoría de las acciones del club.
La Generalitat Valenciana ha abonado a Bankia los 4,86 millones de euros de intereses anuales que la Fundación Valencia CF no había podido pagar y que el Gobierno valenciano había avalado. Pese a que desde el Consell se insistía en que se estaban buscando alternativas para que no hubiese que aportar dinero público en este rescate futbolístico, lo cierto es que Bankia ha puesto como condición para negociar el posible aplazamiento del crédito que el Ejecutivo primero pagase los intereses y después buscase un acuerdo.
Desde la Generalitat se asegura que este pago busca evitar tener que hacer frente al principal, los cerca de 81 millones de euros invertidos en acciones del Valencia Club de Fútbol que tras el impago de la Fundación y el aval de la Generalitat han pasado a ser patrimonio de la Generalitat Valenciana.
El Gobierno valenciano, que ha tenido que recurrir al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y poner en marcha numerosos recortes ante la falta de fondos públicos, también es el máximo accionista del Elche Club de Fútbol."
Fuente: Expansión
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