Montoro ha anunciado una próxima reforma fiscal, en la que dice reequilibrará ciertos impuestos (subirá y bajará). No tengo ninguna duda, de que supondrá una subida generalizada o creación de nuevos maquillándola con alguna bajada.
Es decir, un nuevo ataque al bolsillo del ciudadano y de las empresas, con las implicaciones que ello conlleva. Y si implica nuevas subidas de carburantes (por mayores impuestos), tendrá consecuencias más que negativas haciendo subir precios, reducir el ahorro y el empleo, la capacidad adquisitiva...es decir, hundiendo más la economía. Todo con tal de no reducir el hipertrofiada Estado y el insostenible y disparado gasto público:
"El Ministerio de Hacienda planea una reforma de la fiscalidad actual para lograr recaudar más fondos para el Estado. Entre las medidas que prevé poner en marcha el equipo de Luis Montoro destaca un aumento del impuesto de carburantes, una tasa verde para coches contaminantes así como una mayor carga impositiva para las grandes empresas que operan en nuestro país. Al mismo tiempo esta reforma pretende rebajar algo los impuestos a las pymes.
El objetivo no es otro que cumplir con las recomendaciones marcadas por Bruselas y Berlín en compensación por la ayuda europea para el rescate de la banca española. El retoque de la fiscalidad de las grandes empresas se plasmará en una eliminación o retoque de las múltiples deducciones a las que estas se acogían en el marco del impuesto de Sociedades vigente.
Este aumento del impuesto especial sobre las gasolinas previsiblemente llevará implícito un crecimiento generalizado del coste de la vida dado que la subidas sobre los carburantes afectan a todos los sectores en forma de aumentos de costes. Ello supone un incremento generalizado de todos los precios y por ende de la inflación."
Fuente: Cochombo
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