lunes, 8 de abril de 2013

La Administración da un tajo de 1.720 millones a las subvenciones al sector privado (Política, Economía. 1.409)

Me hacía eco recientemente de la evolución de las subvenciones desde el año 2000 hasta el 2012 en España, una auténtica locura que nos había supuesto a los contribuyentes españoles más de 125.000 millones de €.

Desgraciadamene solo la imperiosa necesidad le hace a los políticos recapacitar sobre este hecho y reducir la partida este año (menos mal), que aún así supera los 10.000 millones este año, dinero que no tenemos y que sigue incrementando la deuda, y por supuesto los intereses que tenemos que pagar por ella, que asciendió en 2012 a casi 32.000 millones de € y que en 2013 se acercará a los 40.000 millones.
Pero como nadie quiere reducir el gasto...

"Malos tiempos para pedir una subvención. Y lo que es todavía más relevante: nada indica que vayan a volver los tiempos en que las distintas Administraciones engrasaban alegremente la cuenta de resultados de muchas empresas. Los datos más recientes de la Contabilidad Nacional muestran que el capítulo destinado a subvenciones bajó el año pasado en 1.720 millones de euros respecto del año anterior. O lo que es lo mismo, un 15%. Se trata de la primera bajada de importancia desde que estalló la crisis económica.

Aun así, las subvenciones al sector privado ascienden a 10.060 millones, lo que representa cerca del 1% del PIB. Lejos todavía del 0,8% que se marcó como objetivo el anterior Gobierno en el Programa de Convergencia enviado a Bruselas, pero que nunca se cumplió.

Eso significa que las ayudas públicas han retrocedido a niveles de 2006, es decir, en cotas anteriores a la crisis. Desde 2008, cuando las subvenciones alcanzaron los 11.896 millones, las ayudas a las empresas privadas no se rebajaron prácticamente nada, pese a las dificultades presupuestarias del sector público. De hecho, incluso en 2007, año todavía de fuerte crecimiento económico, las subvenciones crecieron nada menos que un 15,7% en términos anuales, y eso que ese año los beneficios empresariales estaban en máximos.

Ha sido 2012 el año en que se ha producido un fuerte descenso de esta partida de gasto, tal y como anunció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante el debate de investidura.

La Ley General de Subvenciones justifica esta partida presupuestaria como una “técnica de fomento de determinados comportamientos considerados de interés general” e incluso un procedimiento de colaboración entre la Administración Pública y los particulares para la gestión de actividades “de interés público”.

Para hacerse una idea de lo que significa ese guarismo hay que tener en cuenta que en 2004 el conjunto de las subvenciones públicas ascendía a 8.285 millones de euros, lo que significa que en apenas seis años esta partida llegó a crecer un 47%, muy por encima de lo que aumentó el PIB en términos nominales.

El coste de la deuda

Los datos de 2012 significan que España gasta en subvenciones al sector privado la tercera parte de lo que destina a pagar el servicio de la deuda, que el año pasado ascendió -en el conjunto de las Administraciones Públicas- a 31.297 millones de euros. Es decir, algo más del 3% del producto interior bruto (PIB) se destina a pagar intereses.

La política de subvenciones a empresas y particulares afecta a todos los sectores económicos: fomento de la biodiversidad, vivienda protegida, cultura, escuelas taller, transporte, zonas de promoción económica, procesos de reindustrialización o sectores en reconversión industrial. Además, repercute en la inmigración o incluso en la remodelación de barrios. Y ello sin incluir los beneficios fiscales que disfrutan los agentes económicos privados, y que merman la recaudación fiscal. Ni, por supuesto, las prestaciones sociales de carácter económico, como el desempleo.

Los datos de la Contabilidad Nacional muestran, de hecho, que el gasto en prestaciones sociales ha sido la partida del presupuesto que más ha crecido en los últimos años. Sin duda, por el efecto devastador del desempleo sobre las cuentas públicas. Si al comenzar la crisis, en 2007, el gasto en prestaciones sociales ascendía a 122.690 millones, el año 2012 se cerró con un gasto equivalente a 168.491, un 37% más, lo que da idea de su progresión.

¿Y cómo ha compensado el sector público este fuerte aumento del gasto en prestaciones sociales? Pues básicamente recortando la inversión, que ha caído en picado. En 2012, la formación bruta de capital se desplomó hasta los 18.151 millones, lo que supone poco más de la tercera parte de lo que gastaba España en 2009. Es decir, que el desempleo se está financiando en buena medida a costa de las inversiones."

Fuente: El Confidencial

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