sábado, 13 de abril de 2013

Renta básica, el camino más lógico (para el político) (Política, Economía. 1.429)

Jorge Valín explica el porqué las rentas básicas irán ganando fuerza en el futuro. Todos seremos iguales. Pero iguales de pobres, por supuesto:


"Mientras técnicos, expertos y economistas piden al Gobierno reducir gastos y liberar a la sociedad de la presión del Estado del Bienestar, la realidad va en camino contrario. Ahora Extremadura aprobará una renta básica para sus ciudadanos. ¿Extraño? Ni mucho menos, en línea con lo previsible.

El Gobierno crece

La idea de incorporar una renta básica universal es el camino más lógico a la situación en la que nos encontramos teniendo en cuenta la forma de pensar colectivista y pragmática que predomina hoy día en nuestro país y occidente. En todas las charlas y conferencias que voy haciendo lo comento.
Es iluso, absurdo y utópico creer que el Gobierno aprobará cualquier medida que le obligue a disminuir su peso en el control de la sociedad o a disminuir su peso neto. Incluso si hace una ley que se llame: “ley para el desmantelamiento del Gobierno al estilo ancap”, en realidad los políticos usarán ese mandato para hacer creer el Gobierno. ¡Los gobernantes son como el Diablo, siempre mienten para conseguir sus fines!

Afirmar que el Gobierno pude disminuir por si mismo, es como asegurar que, por alguna razón técnica, los empresarios dejarán de querer ingresar dinero en sus empresas en nombre del “bien común”. El Gobierno, como los empresarios, solo tienen intereses corporativistas y personales, por eso siempre tienden a crecer y el bien común no les importa en absoluto. El “bien común” no es más que un engaño. Un concepto vacío e impracticable que solo es usado para restar bienestar a un grupo para otorgarlo a otro. Todas las medidas, todas, siempre tienen ganadores y perdedores. El bien común es un fin imposible al que llegar. Pero la diferencia es que las empresas necesitan el beneplácito del cliente, proveedor, acreedor y mercado para crecer y saciar sus necesidades. Han de lucrar al resto de la sociedad de una forma u otra en sus aspiraciones de crecer. El Gobierno vive al margen de este proceso voluntario y pacífico: su crecimiento solo puede ser mediante el uso de la fuerza, impuestos y mandatos. No necesita consensos, solo comprar votos y favores a lobbies. El crecimiento del Estado es siempre imparable exceptuando casos muy puntuales.

Pensar que un partido, o político, disminuirá el peso del Gobierno para salvar a la sociedad solo nos tendría que provocar carcajadas, por más que se revista de hermosas palabras o informes técnicos. Compare los discursos de Reagan con sus actos reales. Tenía discursos de libertad y prosperidad fantásticos. Sin embargo solo creó un Gobierno omnipotente, restringió libertades civiles (muy especialmente el derecho a la posesión de armas), belicista, corporativista, no paró de aumentar el techo de gasto del Gobierno y cargó al ciudadano de deuda gubernamental hasta las cejas.

Si no reventamos antes, la renta básica será el futuro

Primero, miremos un poco cómo estamos. Todos los indicadores nos dicen lo mismo: estamos mal y la cosa no va a mejorar. Tenemos una economía zombi donde la banca presta al Estado y el éste a la banca y otros grupos estratégicos. En este proceso artificial, la economía ha de corregir los excesos irracionales del pasado que se fundamentaron el crédito y dinero barato. Eso significa que ha de haber una drástica disminución del coste por trabajador, trabajar más horas por menos dinero y eliminar deudas en la economía privada. Esto es, más pobreza, o bajar el efecto riqueza de las personas.

Unimos estos factores a otro. El Estado del Bienestar es insostenible tal y como está planteado ahora. Independientemente que esta economía zombi se aguanta con palillos y nos acabará dando otro susto, el futuro tiene tres grandes retos para las cuentas estatales: pensiones, sanidad y desempleo (a lo que podríamos añadir deuda donde no entraremos ahora). Se va una cantidad abismal de dinero en estos conceptos (casi el 50% del presupuesto del Estado). Esta es la buena noticia. La mala es que ahora se están jubilando los baby boomers de la post guerra civil. Esto significa que las pensiones, siguiendo este camino inaguantable, se dispararán (ver ¿Por qué Bruselas quiere subir IVA y reducir pensiones?). No solo eso, más ancianos significa más gasto en sanidad. El 70% del consumo de la sanidad se produce cuando el ciudadano tiene más de 70 años. Y cada vez hay, y habrá, más personas que superen esta edad. Los presupuestos de Sanidad y Dependencia tienden a aumentar con el tiempo. ¿Y el paro? España ha tenido un alto desempleo desde hace cuatro décadas. A lo largo del tiempo puede disminuir, pero las cotas van a seguir siendo de susto.

Demasiado gasto, demasiadas prestaciones, demasiados privilegios. La deriva actual de los gobiernos, y no solo de España, es el mismo: unificar subvenciones sociales. Eso quiere decir que las prestaciones máximas que se pagan por desempleo o pensiones irán bajando mientras se congelan, o incluso aumentan algo, las prestaciones mínimas. La tendencia es una renta estatal plana para cada concepto. Desgraciadamente esto nos lleva a un empobrecimiento general de todos o de cada unidad familiar.

Una renta básica es la respuesta ideal para eliminar todas las prestaciones y dejar una sola. Podría ser algo así como que todo aquel con más de 16 años cobre una renta estatal y desaparezcan el resto de prestaciones o queden casi como simbólicas o conceptos adicionales que solo se conseguirían en situaciones muy adversas para ciertos grupos. Es una forma para que la gente no muera de hambre mientras el Estado se asegura tenerlos controlados, dependientes y sumisos. También es una forma genial para la compra de votos. El partido que prometa una mayor renta básica, será el que se gane un puesto fijo en el Gobierno.

Cómo infiere la renta básica en la economía

La renta básica cambiaría, sustancialmente, la estructura de precios del mercado. Es un concepto radical donde el mercado no se podrá mantener al margen. Los precios no son uniformes, varían según la estructura y peso en una sociedad. Si todos percibimos del Gobierno, por ejemplo 600 euros, esto traerá un aumento en los precios en la misma proporción suponiendo gasto total. Algo bastante lógico ya que el ahorro tiene visos de bajar con el tiempo. ¿Pero subirá todo igual? Por supuesto que no. Los productos más demandados serán los que más suban. Por ejemplo, el precio de un Ferrari será el mismo. Solo unos privilegiados compran este artículo de lujo y es ajeno a casi todo. Sin embargo, el precio de los alimentos sí que aumentará ya que es donde más se consume. Los productos más básicos serán los que más aumenten.

Evidentemente, la renta básica también tendría un impacto en los sueldos. Una parte de esta renta será absorbida por los salarios, lo que significa que tendrían que bajar más. Algo genial para el matrimonio Estado–Gran–Empresa–Privada que va en auge. Esto aumentaría la competitividad de las empresas al disminuir costes. Una de las obsesiones de los gobernantes ahora es buscar la eficiencia mediante la fuerza bruta, no mediante un proceso de competitividad real, de mayor producción y competencia, sino eliminando costes dentro de un esquema cerrado e inamovible de semi monopolio.

Es más que razonable pensar que las rentas básicas irán ganando fuerza. Más aún en este entorno donde la gente pide más Gobierno y subvencionalismo. El rentismo estatal es una forma de populismo muy bien aceptado entre la sociedad a pesar de sus consecuencias. Por fin el Gobierno lo ha conseguido. Todos seremos iguales. Igual de pobres, claro."

Fuente: Jorge Valín

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