lunes, 26 de agosto de 2013

Islam y democracia. (Islam, Oriente Medio. 179)

Mario Noya se hace eco de un interesante artículo sobre el porqué fracasará la democracia árabe.

Artículo de VLC News:

"Muy interesante este artículo agorero de Ronald Bailey en la revista Reason: "Por qué fracasará la democracia árabe".

Porque tiene muchos elementos en contra, resume RB luego de analizar un buen montón de datos. Para empezar, la estadística dice que en los últimos decenios ha habido más sucesiones autócrata-autócrata que autócrata-demócrata. "Las probabilidades de pasar de una autocracia a una democracia son aún más bajas cuando se trata de dictaduras personalistas o de partido único", congela el agua fría Bailey tras analizar este trabajo de los politólogos Barbara Geddes, Joseph Wright y Erica Frantz. El Túnez de Ben Alí, el Yemen de Saleh y la Libia de Gadafi eran dictaduras personalistas. Como lo es la Siria de Asad.

Están también los jóvenes, que son muchísimos en el mundo árabe, y eso no es del todo bueno; porque resulta que, tantas veces, la juventud divino tesoro de los cojones es muy fanática y muy estúpida y muy violenta. El mundo árabe está saturado de jóvenes, sí. De jóvenes sin trabajo o con trabajos que dan asco o pena, frustradísimos (también o sobre todo en lo relacionado con la bragueta), comidos por el sectarismo y la impotencia. Y encima resulta que "cuanto menor es la edad media en esos países", los del Medio Oriente efervescente, "menores son las probabilidades de que gestionen exitosamente una transición a la democracia", afirma un estudio del que se hace eco Bradley. La edad media es de 30 años en Túnez, de 25 en Libia y Egipto, de 22 en Siria; de 18 en el Yemen. De 37 en la UE. De 41 en EEUU.

Más bolas negras. El bagaje: "El hecho de que ninguno de los países árabes haya tenido demasiada experiencia con la democracia apunta a que sus revoluciones probablemente estén condenadas a derivar en autocracias, al menos en el corto plazo". El nivel de ingresos: todos los países que nos (pre)ocupan están lejísimos de los 6.000 dólares de renta per cápita que parecen servir de detente bala contra las regresiones autocráticas (ningún país con ese nivel de renta se ha descabalgado de la democracia): el Yemen, 1.500 dólares; Siria, 3.300; Egipto, 3.200; Túnez, 4.200; de Libia no hay datos, pero debe de andar por debajo de los 3.000. La arquitectura institucional: es indigna de tal nombre en casi todos ellos, y además ahí la tendencia revolucionaria es a arrasar con todo, a diferencia de lo que ocurrió, apunta Bailey, en los países de la antigua Europa comunista.

Muy bueno el artículo de RB, ya digo, qué completo y "mutidisciplinar", por hablar en pedante. Pero… "¿y la religión?", se preguntaba el otro día mi amigo Antonio Gimeno en Facebook, cuando lo recomendó. Eso, míster Bailey: ¿y la religión? ¿Nada que decir de la religión? ¿No hay datos que cruzar, estadísticas, análisis, estudios enjundiosos?

Uf, eso no es un descuido. Eso es un tremendo elefante de color blanco fosforito y culo inabarcable en el mero centro de la habitación.

Islam y democracia. He aquí un tema fundamental; para la reflexión y el debate, no para el cruce de cafradas y buenisterías."

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