viernes, 11 de octubre de 2013

Congresista cubanoamericano se une al coro de loas a la medicina cubana. (Política, Economía. 2.068)

Darsi Ferrer muestra el último acto de propaganda (reiterado en el tiempo) sobre la medicina cubana y el objetivo de la misma.
 
 
"El humo y andamiaje propagandístico otra vez proyectan a nivel mundial un producto farmacéutico producido por la dictadura cubana. Se trata del Heberprot-P, medicamento utilizado para tratar pacientes con úlceras del pie diabético en estados avanzados. Según los apologistas de esa medicina, su aplicación por vía perilesional e intralesional estimula la granulación y re-epitelización aceleradas de las úlceras, reduce el tiempo de cicatrización de este tipo de lesiones, con lo que se logra reducir significativamente el número de desbridamientos y el riesgo de amputación en los enfermos. El tratamiento consiste en administrar el mismo a razón de 75 mg, diluidos en 5 ml de agua para inyección, tres veces por semana, hasta un máximo de ocho semanas. Puede ser usado sin impedimentos en diabéticos de cualquier edad, sexo o raza. 

Como es de suponer, con una carnada como esta es fácil que muchos peces caigan y otros se dejen caer. Digamos que ya salió a la luz un hecho nuevo, en medio de una ya vieja estrategia implementada por el aparato de inteligencia, y de un esperado comportamiento, aunque siempre sorpresivo por su repercusión. Hablo del cabildeo con el que ha salido el influyente cubanoamericano, actualmente congresista federal, Yoe García, dirigido a conseguir autorización para que el Heberprot-P se comercialice en los EEUU. Ni corto ni perezoso, el congresista cubano-estadounidense utiliza como justificación que impulsa una iniciativa humanitaria, alejada del asunto político, y que su preocupación es ayudar a los millones de diabéticos norteamericanos que pudieran evitar amputaciones. Y argumenta, en coincidencia con la demagogia del castrismo, que esa medicina es efectiva en la cura y prevención de lamentables consecuencias padecidas por los pacientes aquejados de altos niveles de azúcar en la sangre. Llegado a este punto, es hora de asegurar que este Sr. acaba de tirar el incómodo disfraz de lana y muestra sus pelos y afilada dentadura. 
Es imprescindible recordar el desenlace de anteriores "avances" de impacto mundial del sistema médico de la dictadura. La efectiva y amplia propaganda del castrismo y sus acólitos lanzó al mercado hace unos años la Melagenina, otro de los medicamentos producidos por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, como la cura milagrosa del Vitíligo, y se comprobó con el tiempo que su utilidad es casi nula. Historia parecida sucedió con los espectaculares resultados que anotaron a la vacuna de la Hepatitis-B, la que vendieron a varios países, entre ellos a Brasil. Después de morir varios niños inmunizados con dicha vacuna se desechó la comercialización de ese producto en el país carioca. El afamado en su época, PPG, resulto ser una falsa en cuanto a utilidad. Y supuestamente gracias al medicamento derivado del veneno de una especie de alacranes, Cuba es el único lugar del mundo donde se cura el cáncer. En el resto de los países el cáncer sigue siendo a estas alturas una enfermedad incurable.
 
Queda claro, sin la menor duda, que el congresista García no se basa en criterios científicos para influir en el Congreso de EEUU a favor de los Castro. Y ni siquiera amerita cuestionar si la industria farmacéutica cubana pudiera competir en calidad y resultados con los monopolios farmacéuticos norteamericanos, europeos, japoneses, alemanes, canadienses... por sacar a relucir unos pocos ejemplos. Aun mas irreal o ficticio resultaría el dar a entender que un medicamento producido por la destartalada industria de la dictadura, fuera de mejor calidad o efectividad que los producidos en esos otros países.
 
El beneficio para el pueblo cubano de la medida que impulsa, Yoe García, es ninguna. En cambio, en un momento de colapso total de la economía castrista y de la gravísima para ellos amenaza de perder el subsidio venezolano del que sobreviven como parásitos, representa un beneficio económico más que significativo para el régimen totalitario. La venta de esas medicinas en el mayor mercado del mundo representaría la entrada de jugosos millones de dólares al bolsillo de los Castro, sacados del lomo del gobierno y pueblo norteamericano. Dinero que no se emplearía en construir la democracia para los compatriotas del Sr. García. De sobra sabe el congresista que lo utilizarían para reforzar la persistencia en el poder, equipando con más recursos el aparato represivo encargado de garantizar el sojuzgamiento del pueblo cubano mediante los mecanismos de terror y castigo. Y en la jugada política que bien sabe el cubano, Yoe, es su verdadera intención, si logra que se autorice la comercialización de ese producto, representaría para el régimen de los Castro abrir un considerable agujero al embargo norteamericano, sin necesidad de variar en lo más mínimo el desprecio e irrespeto por las libertades y derechos de los cubanos de la isla.
 
Ahora podemos preguntarnos... ¿es el congresista Yoe García un patriota sensibilizado con el sufrimiento del pueblo cubano? ¿Lo mueve en esta acción el compromiso magnánimo con el bienestar del pueblo estadounidense? Creo que la labor de alguien tan dañina como la agente descubierta y presa por traición en la actualidad, Ana Belén Montes, pudiera ser superada muy pronto."

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