sábado, 8 de febrero de 2014

Nuestra burocracia regulatoria totalitaria

Thomas J. DiLorenzo refleja el creciente poder de la burocracia y su papel controlador y regulador en el caso de EEUU, que no anda lejos en el peso y su extensión de la Alemania Nazi, nombrando dos obras míticas en este tema, totalmente recomendables: Camino de Servidumbre de Hayek y Burocracia de Mises, que muestran las negativas consecuencias de este camino tomado.

Artículo del Instituto Mises Hispano:

"En el Capítulo 5 de Camino de servidumbre (“Planificación y democracia”), F.A. Hayek advertía que el estado no necesita controlar directamente todo o incluso la mayoría de la medios de producción para ejercer un control totalitario de la vida económica de la nación. Citaba el ejemplo de Alemania donde, desde 1928, “las autoridades centrales y locales controlan directamente el uso de más de la mitad de la renta nacional (…) el 53%”. Como primer director del Instituto Austriaco para la Investigación del Ciclo Económico, Hayek estaba familiarizado con esas estadísticas).

Además de esto, escribía Mises, la industria privada en Alemania estaba tan fuertemente regulada que el estado controlaba indirectamente “casi toda la vida económica de la nación”. Fue a través de esos controles económicos totalitarios como Alemania siguió el camino de servidumbre. Como decía Hayek más adelante:
Luego hay escasamente un fin individual que no dependa para su logro de la acción del estado y “escala social de valores” que guía la acción del estado debe abarcar prácticamente todos los fines individuales.
En otras palabras, la regulación pública era tan omnipresente que la búsqueda de beneficio, dirigida por las preferencias y demandas de los consumidores, era en buena parte sustituida por los caprichos de los burócratas regulatorios. Ludwig von mises reconocía a esto como uno de los grandes males de la regulación en su libro Burocracia. Cuanto más tiempo dedique un empresario a atender las demandas y dictados de los burócratas del gobierno, menos tiempo dedicará a servir a los consumidores para obtener beneficios y sobrevivir económicamente.

Puede sonar chocante para algunos, pero los Estados Unidos de los tiempos modernos se comparan “favorablemente” con los de la Alemania fascista de la década de 1930 en relación con el grado en que el estado interviene y controla la actividad económica. En primer lugar, las gastos del gobierno a todos los niveles de éste constituyen alrededor del 40% de la renta nacional. Difiere en unos pocos puntos porcentuales, año a año, pero ha estado en el entorno del 40% en lo últimos años. No se tienen cuenta todas las agencias gubernamentales fuera del presupuesto que existen a nivel federal, estatal y local como hemos documentado James Bennett y yo en nuestro libro Underground Government: The Off-Budget Public Sector. Si se incluye esto, los gastos públicos en relación con la renta nacional serían de al menos un 45%, lo que no está demasiado lejos del 53% de la Alemania nazi a la que aludía Hayek.

Además, como apuntaba Goerge Reisman en “The Myth that Laissez Faire Is Responsible for Our Present Crisis”, hay nueve departamentos de la rama ejecutiva del gobierno federal que existen con el fin de regular, controlar y reglamentar vivienda, transporte, sanidad, educación, energía, minería, agricultura, trabajo y comercio. Eso cubre prácticamente toda la economía.

De acuerdo con el sitio web de la Casa Blanca, hay asimismo cientos de agencias reguladoras federales, entre las más conocidas se incluyen el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, la Corporación de crédito a los Productos, la Comisión de comercio de Futuros, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo, el Departamento de Asuntos de los Veteranos, la Administración de Aplicación de Leyes Antidroga, la Administración de Empleo y Formación, la Agencia de Protección Medioambiental, la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, la Administración del Crédito Agrícola, la Administración Federal de la Aviación, la Comisión Federal de Comunicaciones, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, la Comisión Electoral Federal, la Comisión Regulatoria Federal de la Energía, la Comisión de la Eficiencia Energética y la Energía renovable, la Administración Federal de Carreteras, la Comisión Federal de Comercio, la Comisión Regulatoria Nuclear y otras. Se forman nuevas “comisiones” a cada momento y sus presupuestos y responsabilidades se expanden. Esta lista es corta. Además, ahora hay más de 73.000 páginas de regulaciones en letra pequeña en el Registro Federal instruyendo a todos los estadounidenses sobre cómo van a ser reguladas su vidas por estos monstruos gubernamentales.

Por encima de todo esto, los gobiernos estatales y locales tienen literalmente miles de agencias regulatorias y comisiones que regulan todo, desde las alergias a los zoos. Sólo como ejemplo, tomado de statelocalgov.net, el estado de Alabama tiene agencias y comisiones regulatorias que regulan sistemas de jubilación, investigaciones geológicas, sanidad pública, educación, conservación y recursos naturales, relaciones industriales, agricultura, tercera edad, turismo y viajes, asuntos de los veteranos, gestión del medio ambiente, ciencia forense, desarrollo empresarial, rehabilitación, banca, seguros, trabajo, transporte, servicios de juventud, asuntos infantiles, filmación de películas, puertos, discapacitados, artes, propiedad inmobiliaria, gas y petróleo, bosques, ética, canteras, bebidas alcohólicas, subastas e “iniciativas basadas en la fe”. Y Alabama es un estado relativamente conservador con un gobierno de tamaño medio comparado, por ejemplo, con Nueva York, California y Washington DC. Los gobiernos locales también son activos en regular la mayoría de las cosas que están en la lista del estado de Alabama.

Luego está la Fed. Además de intentar fijar precios (tipos de interés)  causar ciclos perpetuos de auge y declive con su manipulación monetaria, la Fed realiza docenas de funciones regulatorias. De acuerdo con la publicación de la Fed titulada “El Sistema de Reserva Federal: Propósitos y Funciones”, la Fed regula compañías de holdings bancarios, bancos comerciales estatales, sucursales en el extranjero de bancos miembros, bancas corresponsales, sucursales, agencias y oficinas de representación estatales de bancos extranjeros, actividades no bancarias de bancos extranjeros, bancos nacionales, cajas de ahorros, filiales no bancarias de compañías de holdings bancarios, procedimientos de informes financieros, políticas contables de los bancos, “continuidad” del negocio en caso de emergencias económicas, leyes de protección del consumidor, operaciones de valores de los bancos, tecnología de la información usada por bancos, inversión de bancos en el exterior, préstamos de bancos en el exterior, sucursales bancarias, fusiones y adquisiciones bancarias, quién puede ser propietario de un banco, “estándares de adecuación” bancaria, extensiones de crédito para la compra de valores, igualdad de oportunidades en los préstamos, divulgación de información de préstamos, requisitos de reserva, transferencias electrónicas de fondos, derechos interbancarios, demandas de préstamos subprime de la Ley de Reinversión Comunitaria, todas las operaciones de banca internacional, leasing, privacidad de la información financiera del consumidor, pagos en depósitos a la vista, informes de “crédito justo”, transacciones entre bancos miembros y su afiliados, veracidad en el préstamo y veracidad en el ahorro.

A causa de los inevitables fracasos de toda planificación pública en una democracia, Hayek escribía que crecerá “la convicción de que si se realiza una planificación eficiente, la dirección debe ‘separarse de la política’ y ponerse en manos de expertos: funcionarios o cuerpos autónomos independientes”. Además, “la reclamación de un dictador económico es una etapa característica en el movimiento hacia la planificación” centralizada. Esto describe realmente muchas de las agencias y comisiones antes mencionadas, pero es especialmente descriptivo de todos los “zares” planificadores centrales que ahora tienen cargos en el gobierno federal. Éstos incluyen, en julio de 2010, al zar de Afganistán, el zar del SIDA, el zar de la recuperación del automóvil, el zar de las fronteras, el zar del agua en California, el zar de los coches, el zar de la región central (Oriente Medio, Golfo Pérsico, Afganistán, Pakistán y Sur de Asia), el zar del clima, el zar de la violencia doméstica, el zar de la droga, el zar económico (Paul Volcker), el zar de la energía y el medio ambiente, el zar de asuntos de fe, el zar del rendimiento del gobierno, el zar de los Grandes lagos, el zar de los trabajos verdes, el zar del cierre de Guantánamo, el zar de la sanidad, el zar de la información, el zar de la inteligencia, el zar de la ciencia, el zar de la contabilidad del estímulo, el zar de los pagos, el zar regulatorio, el zar de Sudán, el zar del TARP, el zar de la tecnología, el zar del terrorismo, el zar de asuntos urbanos, el zar de las armas, el zar de la política de las armas de destrucción masiva, el zar de la guerra, el zar del petróleo, el zar industrial, el zar de la ciberseguridad, el zar de la seguridad en las escuelas, el zar de Irán, el zar de la paz en Oriente Medio.

En suma, sería muy difícil argumentar contra la tesis de que hoy la economía de EEUU esté aún más severamente controlada, regulada y regimentada por el estado de lo que estaba Alemania cuando Hayek escribió Camino de servidumbre. Los estadounidenses han recorrido muchas millas de este camino de servidumbre engañándose a sí mismos respecto de que el dios de la democracia de alguna manera les salvaría de la esclavitud estatista. Pero como advertía Hayel hace 56 años, “No hay justificación para la creencia de que, mientras el poder se otorgue por procedimientos democráticos, no pueda ser arbitrario”.

El ejercicio de poder arbitrario o dictatorial es, por supuesto, el verdadero propósito de todas estas agencias, comisiones y zares."

Publicado el 26 de julio de 2010. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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