martes, 13 de mayo de 2014

¿Las pensiones públicas están en peligro?

El siguiente artículo muestra el peligro que corren las pensiones públicas, una situación todavía más agravada por la crisis actual (que ni mucho menos la causa), y que seguirá agravándose a futuro debido a la evolución de las distintas variables de las que depende.
 

Artículo de Expansión:

La gravedad de la crisis ha colocado en una delicada situación al sistema público de pensiones y, por extensión, a la Seguridad Social. Han saltado por los aires todos los pronósticos de estabilidad que realizó el Gobierno anterior, cuando aventuró que el sistema de protección no tendría un déficit permanente hasta finales de la próxima década.

Es verdad que, según las últimas previsiones que ha enviado a la Comisión Europea, el Gobierno calcula que la Seguridad Social recuperará su equilibrio en 2017, si entonces el Producto Interior Bruto (PIB) consigue crecer un 3%. Claro que, en principio, esta cifra es incompatible con un ritmo de creación de empleo que reducirá la tasa de paro al 20% de la población activa.La acusada destrucción de empleo desde el tercer trimestre de 2007 ha acelerado una situación que puede ser muy complicada cuando en la próxima década comiencen a jubilarse las cohortes de trabajadores que nacieron durante la explosión de la natalidad en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado. Nunca el sistema de pensiones ha tenido que hacer frente a oleadas de jubilaciones como las que se van a producir en los próximo años.
Es una perspectiva muy modesta para hacer posible el equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social. Máxime teniendo en cuenta que buena parte de esa reducción del desempleo puede deberse a que muchos inmigrantes y españoles buscan trabajo fuera de España.
En segundo lugar, ya el cuadro actual de la Seguridad Social es extraordinariamente preocupante. En los momentos más bajos de la afiliación durante la crisis económica –2013– la pérdida de cotizantes ha llegado a 3.302.243.
Por esta razón, las cotizaciones sociales sólo representan el 78% de los ingresos de la Seguridad Social. Justo en un momento en el que el sistema de pensiones públicas supone el 10,7% del PIB, 6 décimas más que en 2013 y el mayor porcentaje de la riqueza nacional de la Historia de España.
Las variables del sistema
Es más, el gasto va a seguir creciendo en los próximos años porque, como consecuencia del envejecimiento de la población, el mercado de trabajo y la negociación colectiva, las variables del sistema de pensiones evolucionan de forma paulatina, pero constante.
El gasto en pensiones contributivas previsto para este año asciende a 112.102 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 5,4% respecto a 2013. Incremento que contrasta con la previsión de inflación media de la Comisión Europea para España, que es del 0,1%. La misma que las cifras de la Fundación de las Cajas de Ahorro. Una de esas variables es el incremento anual del número de pensionistas.
El Gobierno ha previsto que el año termine con 9.250.000 pensiones, y en torno a 8,5 millones de beneficiarios. Hay personas que reciben dos prestaciones de la Seguridad Social perfectamente compatibles. Durante la crisis, se han incorporado 825.000 pensionistas al sistema, lo que ha supuesto que la nómina mensual haya aumentado en el mismo periodo un 40,45%, al pasar desde los 5.657 a los 7.946 millones de euros. Todo ello multiplicado por catorce pagas.
Además, en el mismo periodo, la relación de cotizantes por pensionistas –la tasa de dependencia– ha pasado de 2,53 a 1,97. Es decir, por debajo de la tasa de 2,1 que la Seguridad Social considera que garantiza la financiación de las pensiones públicas.
Otra variable que contribuye mucho a aumentar el gasto de las pensiones es el llamado efecto sustitución. Significa que las nuevas prestaciones que se dan de alta en el sistema son mucho más altas que las que se dan de baja por fallecimientos.
En los últimos siete años, con la crisis, la pensión media del sistema –868,47 euros mensuales– ha crecido un 27,29%, y si se trata de la prestación de jubilación –996,23 euros mensuales– ha aumentado un 30%. Dentro de este capítulo, las nuevas altas son un 31,5% más altas que las que se dan de baja. Sin embargo, desde 2007 la inflación ha subido un 9,6%.
Un incremento constante
El efecto sustitución se debe a la subida constante de la pensión que, en líneas generales, provocan la negociación colectiva, por su referencia salarial al IPC, y otros factores como las promociones profesionales o la antigüedad del trabajador en la empresa.
Por todo ello, cada mes se pagan más pensiones y de mayor cuantía, pese a lo cual y a la crisis, los primeros indicios de recuperación han permitido reducir el déficit de este año al 1,1% del PIB, tres décimas menos que el cálculo inicial. En cifras totales, 11.000 millones de euros.
Por todas estas razones también, y por la presión de la Unión Europea, en 2013 el Gobierno hizo una reforma relámpago, y muy profunda, del sistema de pensiones, conocida como el Factor de Sostenibilidad que desvincula la subida de las pensiones de la inflación.
En todo caso, la gravedad de la crisis, y la consiguiente destrucción de empleo, ha obligado al Gobierno a utilizar en esta legislatura el Fondo de Reserva, por primera vez desde que nació en 2000, para poder pagar las pensiones. Sobre todo, en las pagas extraordinarias de verano y de Navidad.
La también conocida como hucha de las pensiones se alimentó durante la época de crecimiento de los excedentes por cotizaciones sociales, una vez que se habían pagado las prestaciones. Hasta el año 2009, la Seguridad Social tuvo superávit anual.
Entre 2012 y 2013, la Seguridad Social utilizó 18.651 millones de euros del Fondo de Reserva para poder pagar las pensiones. Por lo tanto, de haber podido superar los 70.000 millones de euros, el Fondo dispone ahora de 54.269 millones de euros, lo que representa el 5,3% del PIB."

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