miércoles, 14 de mayo de 2014

Los suizos votarán en contra de un salario mínimo de u$s 4.500

La verdad es que es impresionante la diferencia cultural entre unos países y otros, y desde luego Suiza es un ejemplo en muchos temas, donde muestra un grado de madurez y alejamiento del populismo impensable en otros lugares, como España.


Y el tema de no dejarse embaucar por los cantos de sirena de un salario mínimo (que además sería la envidia de cualquier otro país) es una buena muestra.

Porque efectivamente, y es admirable que la ciudadanía sea consciente de ello, un salario mínimo implica en gran medida mayor desempleo (convirtiéndolo además en estructural), mayores precios de los productos/servicios, menor competitividad, mayores gastos sociales y más impuestos para compensarlos, rigidez laboral y menor capacidad para hacer frente problemas económicos agravando y retrasando la salida de los mismos, y perjudicando muy especialmente a los jóvenes, grupos marginados y personas de menor cualificación, acabando con la única herramienta que tienen para competir por un puesto de trabajo y suplir su menor formación, menor capacidad/cualidad y menor experiencia.

Y una prueba más que evidente que tira por el suelo las típicas y erradas acusaciones/argumentaciones para justificar su existencia y necesidad (que habría explotación, salarios ridículos que no permiten ni subsistir, que no crea desempleo...) es que precisamente Suiza (un ejemplo entre muchos) tiene los salarios más altos del mundo y el menor paro del mundo...sin salario mínimo.

Artículo de Infobae:

"Este salario mínimo, si fuera adoptado, equivaldría a 22 francos suizos (el equivalente a 25 dólares) por hora, el mayor del mundo. En comparación, el salario mínimo horario en Francia es de u$s12,97; en España de 6,95 dólares y en Alemania será de ocho euros (u$s11) a partir de 2015.
Desde hace semanas, se ha instalado un intenso debate entre partidarios y detractores de la iniciativa.

Según las últimas encuestas, este texto -cuyo objetivo es dar un "salario digno" a las 330.000 personas que trabajan por menos dinero en Suiza- será claramente rechazado por los ciudadanos de ese país, que temen que estas remuneraciones mínimas generen un alza del desempleo.

Un sondeo realizado a fines de abril reveló que el 64% de los helvéticos votará en contra del texto, sólo el 30% votará a favor, y el resto se declara indeciso.

"Un país fuerte necesita salarios justos, y con este texto se acabará con los patronos que impulsan salarios a la baja", para contratar extranjeros a menor costo, afirman los promotores de la iniciativa.

"Empleos en peligro"

Los detractores -el Gobierno, los partidos de derecha, las organizaciones patronales e incluso un sindicato de empleados- argumentan que el texto no resolverá el problema de las personas con bajos ingresos.

Para el Gobierno, "este salario mínimo exigido pondría en peligro empleos, y haría mucho más difícil el acceso a la vida profesional de los jóvenes y las personas poco calificadas".

El sector agrícola también se opone de forma clara al texto. En la agricultura, el salario horario medio es de 16,90 dólares, pero si el texto fuera adoptado el precio de frutas y verduras tendría que subir 25% para financiar el alza de salarios, según las organizaciones profesionales.

En Suiza, el salario mínimo para un trabajador sin formación en el sector agrícola es de 3.200 francos suizos (u$s3.606) mensuales, regulado por una convención colectiva de trabajo. Respecto al extranjero estas condiciones de trabajo son buenas y los salarios son elevados, según organismos del sector.

"Tenemos el índice de desempleo general y de jóvenes más bajo de Europa (3,2% y 3% respectivamente), tenemos los sueldos más altos del mundo, nuestro sistema está basado en convenciones colectivas de trabajo, y todo eso funciona" asegura Stéphanie Ruegsegger, de la federación de empresas de la Suiza francófona, que representa a 40.000 empresas.

"Por todos estos motivos es que la aprobación de un salario mínimo de 4.000 francos suizos rompería el sistema", sentencia Ruegsegger. En la Unión Europea, 21 de sus 28 países tienen un salario mínimo legal, y Alemania lo aplicará en 2015.

El sistema de democracia directa en Suiza permite organizar referéndums sobre un determinado texto, siempre y cuando sus partidarios hayan obtenido el número de firmas previsto por la Constitución. Para un referéndum a nivel federal, se requieren 100.000 firmas."

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