miércoles, 21 de mayo de 2014

“Una QE a la europea tiene grandes posibilidades de que fracase. Por eso no hay euforia…”

Moisés Romero muestra el porqué no hay una excesiva reacción ante la posibilidad de que el BCE implante una QE. 
En mi opinión tampoco tengo dudas del fracaso que supondría (especialmente a medio-largo plazo). 

"Llevo tiempo preguntando a los líderes del mercado español por qué no hay reacción de sus clientes nacionales y extranjeros, principalmente de los extranjeros, que son los que mueven la Bolsa, desde siempre, a las continuas llamadas de los voceros y analistas a que el BCE copie los planteamientos de la Reserva Federal de estados Unidos e implemente, entre otros asuntos, una QE. "Aunque en los últimos días todo movimiento alcista de la Bolsa ha sido relacionado con la expectativa de una batería, bazooka de actuaciones por parte del BCE, la realidad es que el dinero ha continuado parado. Los medios de comunicación estás obligados a contar cosas todos los días y buscáis explicaciones de todo y para todo, aunque no se ajusten a la realidad. Una QE europea, en el caso se que sea aprobada, tiene grandes posibilidades de que fracase. Por eso no hay euforia y cuando los mercados de acciones suben y bajan lo hacen de la mano del arbitraje entre el bono y la Bolsa, que es lo que hacen las máquinas de trading. Sí, una QE es muy compleja, porque Europa es compleja en sí misma. Además, hay asuntos legales difíciles de solventar de un plumazo. En nuestro banco nos inclinamos más por que el BCE baje tipos y arbitre mecanismos de concensión de créditos a pymes", me dice el analista jefe de un banco de inversión anglosajón, que me envía los siguiente enlaces:

Por qué una QE en Europa no ayudará


Gracias a la posibilidad de que Mario Draghi apruebe una flexiblización cuantitativa (QE), los rendimientos de la deuda pública española e italiana han llegado a niveles de mínimos históricos, no propios del riesgo inherente.
Unas tasas más bajas deberían ser una gran derecha noticia. Fomentan el crecimiento, ya que reduce el coste de los préstamos.
Sin embargo, estos tipos más bajos no se están trasladando a los préstamos reales y la creación de préstamos continúa contrayéndose.
Como se puede observar en el primer gráfico, a pesar de los bajos rendimientos récord de la deuda pública (negro), los prestatarios reales (rojo) no están viendo como caen sus tipos. De hecho, la prima de riesgo entre de los prestatarios no gubernamentales parece que está en un nivel récord.
El segundo gráfico muestra que la recesión de balance ha dejado a la gente y a las empresas minimizando la deuda en lugar de maximizando el beneficio y deseapalancando el sistema bancario, algo que significa que la creación de préstamos continúa en contracción, a pesar de los bajos costos récord de financiación.

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La posibilidad de que el BCE emprenda un programa de estímulos al modo del activado por la Fed o el Banco de Inglaterra es sin duda la mayor sorpresa que ha dado últimamente Mario Draghi a los mercados. El estratega global de tipos de interés de Citi, Alessandro Tentori, solo lo contempla como una fórmula de último recurso para el cuarto trimestre del año, en un escenario de deterioro de las perspectivas de inflación. Y duda de su efectividad y de que el propio BCE esté convencido de ponerlo en marcha.
 ¿Le ha sorprendido la disposición anunciada por Draghi tras la reunión de mayo para actuar en junio?
La gran noticia es que el BCE esté abierto al uso del QE –quantitative easing, por sus siglas en inglés, o programa extraordinario de compra de activos– para combatir una baja inflación, que no le baste con un recorte de tipos. Y lo que hasta ahora está haciendo el BCE es poner sobre la mesa ante el mercado las opciones de las que dispone, aunque sin llegar a activarlas. Mencionó primero, en el verano de 2012, el programa OMT de compra de deuda, aunque sin llegar a utilizarlo. Después, la opción de dejar en negativa la tasa de facilidad de depósito, aunque tampoco. Y por último, el programa QE. Quizá continúe dando al mercado las distintas opciones de lo que puede hacer con la idea de que el mercado actúe en su lugar. Si en junio vemos que el euro ha corregido un poco y la inflación no ha caído de forma dramática, puede que el mercado haya hecho el trabajo por el BCE y que este no tenga que actuar. Sí vemos una continuidad en esta política de intervenciones verbales.
¿No es diferente en esta ocasión? ¿No cree que hay una amenaza real sobre la recuperación económica que obligará al BCE a actuar?"

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