jueves, 13 de noviembre de 2014

El progresivo hundimiento del ahorro y la inversión en Estados Unidos

El siguiente artículo muestra una de las semillas de la "destrucción" del antaño próspero EEUU. 

Un grave problema que tuvo su origen en los años 70, a raíz de la eliminación del patrón oro por Nixon (para de esta manera tener el gobierno las manos libres para endeudarse sin fin para financiar operaciones militares, crecientes programas gubernamentales y de compra de votos...y emplear así una política inflacionista para quitarle a los ciudadanos sin que sean consciente de ellos minorando su poder adquisitivo en términos reales, pudiendo aumentar constantemente la deuda (impuestos futuros) y no solo los impuestos presentes pasando los problemas a generaciones futuras. 


Artículo de Libre Mercado: 

El peso de los ahorros y la inversión sobre el PIB estadounidense acumula cuatro décadas de continuo descenso. Esta evolución tan preocupante se ha acelerado en los últimos años, con un colapso en estos dos indicadores tan determinantes para el buen funcionamiento de una economía de mercado.

Este preocupante escenario ha sido explicado por Alan Cole en un interesante informe publicado por la Tax Foundation. El documento es especialmente esclarecedor en el epígrafe dedicado a comparar el ahorro público y privado. Si analizamos el ahorro neto del sector privado entre 2004 y 2013 vemos que, de media, asciende al 7,15% del PIB.
En cambio, en el caso del sector público, las cifras son negativas para todos y cada uno de los diez últimos años. La tasa negativa de ahorro asciende al -6,02% del PIB. Así las cosas, mientras que empresas y familias han acumulado más activos que obligaciones, las Administraciones Públicas han incurrido en el comportamiento opuesto.

Si analizamos el periodo presidencial de Barack Obama, vemos que la tasa negativa de 2009 y 2010 llegó a la friolera del 10,5% del PIB. A partir de 2011, en el marco de un nuevo escenario político marcado por el auge del Tea Party, la situación ha mejorado de forma progresiva. Así, en 2011 se registró un -9,4%, en 2012 un -8,1% y en 2013 un -5,2%.

Esto vendría confirmando el acierto del Tea Party a la hora de contener las políticas fiscales expansivas de la Administración Obama. Sin embargo, las cifras registradas siguen siendo negativas y, de hecho, el -5,2% de 2013 se compara muy negativa con los números de 2005, 2006 o 2007, cuando este indicador se movió entre el -1,9% y el -2,8% del PIB.

El hundimiento de los ahorros y la inversión

Desde comienzos de la década de 1970 hasta hoy, la evolución de las tasas netas de ahorro e inversión han seguido una línea descendente. Cierto es que entre 1984 y 2004, los niveles de inversión fluctuaron con cierta normalidad entre el 6% y el 8% del PIB. No obstante, en el caso del ahorro la evolución fue mucho menos constante y claramente más negativa.

Así las cosas, el periodo 2004-2014 está marcado por el acople "a la baja" de ambos indicadores: la caída inicial del ahorro ha reflejado progresivamente un nivel más bajo de inversión. De hecho, en el año 2009 se registraron tasas negativas de ahorro y niveles de inversión inferiores al 2% del PIB.

Cierto es que la falta de ahorro e inversión a nivel nacional ha quedado compensada con la entrada de capitales extranjeros. La inversión que llega del extranjero supone hoy cerca del 160% del PIB, por encima de los niveles del 130% que encontramos para inversiones ejecutadas con capital estadounidense.

El rol de los impuestos

Tal y como explica Alan Cole, "los impuestos que se aplican a las rentas del capital en el país norteamericano se ubican muy por encima de la media de la OCDE. A esto se une un Impuesto de Sociedades demasiado elevado, que hace de EEUU un país cada vez menos atractivo para la inversión. Analizando 163 países y jurisdicciones, vemos que la tasa de Sociedades que se aplica en EEUU se ubica solamente por debajo de la fiscalidad registrada en los Emiratos Árabes y Chad".

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