martes, 6 de octubre de 2015

¿Qué sociedad prefiere usted? La sociedad liberal vs. la socialista

Luís I. Gómez se hace eco de la comparativa de Hayek sobre el modelo de las sociedades libres y las socialistas (y socialdemócratas), que resumiera Huerta de Soto en 9 puntos, un camino el de este segundo modelo, que como bien se refleja, ha sido seguido en mayor o menor grado por las democracias occidentales. 


Artículo de Desde el Exilio: 

Allá por el año 2000. Jesús Huerta de Soto escribía un librito bajo el título “La escuela austríaca – mercado y creatividad empresarial” en el que presentaba las principales líneas de pensamiento de la escuela austríaca de economía. Aún pensando que se trata de un libro desigual -hay capítulos excepcionales, otros no tanto- les recomiendo encarecidamente su lectura, especialmente su capítulo VI dedicado al pensamiento social de Friedrich A. von Hayek.
friedrich-hayekAl final de dicho capítulo, de Soto hace el – para mi gusto –  mejor resumen posible del pensamiento de Hayek sobre las sociedades libres y las sociedades socialistas. Me permito parafrasear su texto, ofreciéndoles una versión de su tabla-resumen. La situación política que atraviesa nuestro país, mejor dicho, nuestro mundo occidental, secuestrado por  las socialdemocracias de todo color, hace que el tema cobre especial relevancia y sea de rabiosa actualidad.
Dos modelos sociales, usted elige.

SOCIEDAD LIBRESOCIALDEMOCRACIA
1. La coordinación social se produce espontáneamente, gracias a la función empresarial que descubre continuamente las expectativas de beneficio que generan los desequilibrios sociales al tiempo que los elimina (orden espontáneo).1. Alguien trata de construir a propósito y mediante
 coacción la coordinación social. Para ello
 utiliza mandatos, órdenes y reglamentos establecidos desde un órgano central
superior (orden jerárquico y organizado).
 2. El protagonista de los procesos  sociales es el individuo, que actúa y ejerce la función operativa.2. El protagonista de los procesos sociales
 es el gobernante (democrático o no
democrático) y el burócrata (es decir, la
persona que pone en práctica las órdenes y
 reglamentos establecidos por el órgano
central).
 3. Las relaciones de interacción social son de naturaleza contractual;  necesitan de la existencia de contratantes concretos, que intercambians bienes y servicios de acuerdo con las normas legales de la justicia material (ley). 3. Las relaciones de interacción social son
 relaciones de poder, en las que unos ordenan y los
demás obedecen. Si se trata de una
“socialdemocracia” la “mayoría” obliga a la
 “minoría”.
 4. Predomina el concepto tradicional de derecho desde la comprensión de la justicia material. Son reglas abstractas de contenido general que se aplican a todos por igual sin tener en cuenta ningún tipo de circunstancia especial. 4. Predomina el mandato o la regla, la que,
 como Ley formal, adopta contenidos concretos
en forma de órdenes que determinan lo que
 se debe hacer en determinadas situaciones
 pero no es aplicable a todos por igual.
5.  Las leyes e instituciones que permitan el proceso social no se formaron intencionalmente, sino que tienen un origen evolutivo basado en las costumbres e incluyen un enorme volumen de experiencias e informaciones prácticas que se han ido acumulado durante generaciones.5. Los mandatos y reglamentos son el
resultado deliberado del poder organizado;
son altamente imperfectos y defectuosos,
ya que nacen de la irremediable ignorancia
de quienes están en el poder sobre los
procesos de sociedad civil.
 6. El proceso espontáneo hace posible la paz social, porque cada actor, cooperando dentro del marco legal, explotando sus conocimientos prácticos y objetivos particulares persigue de manera espontánea y disciplinada el intercambio. Adaptando su comportamiento en función de las otras personas y de los otros objetivos para maximizar su beneficio. 6. Requiere que un objetivo o múltiples objetivos
 predominen sobre los demás. Ello se
consigue mediante un sistema de órdenes.
Esto conduce a conflictos sociales violentos
que no se resuelven  hasta que se impone
al 100% la voluntad de unos sobre otros y,
por tanto, pone en continuo peligro la paz
social.
 7. La libertad es entendida como ausencia de coacción o agresión (tanto la institucional como la no sistemática). 7. La “libertad” se entiende como el poder
 para lograr objetivos específicos, propios
de un determinado momento y dictados
por un simple acto de voluntad, un
mandato o por un capricho.
 8. Predomina el sentido tradicional de la justicia que asume el derecho material es igual para todos, y ha de ser aplicada con independencia de los resultados concretos de un determinado proceso social. La única igualdad que se persigue es la igualdad ante la ley, aplicable por una justicia ciega a las diferencias individuales de las personas.8. Predomina el sentido distorsionado de la
“justicia de resultados” o de la “justicia
 social”, siendo su meta la igualdad en
los resultados del proceso social,
independientemente de si la conducta
implícita de la gente en un proceso social
 es correcta  o no.
 9. Predominan las relaciones abstractas, económicas y comerciales. Los conceptos falsificados de “remordimiento”, “solidaridad” y el orden jerárquico no son considerados. En una sociedad libre de actores libres todos son prójimos de todos, todos son socios potenciales de todos, todos son potenciales clientes de todos, o potenciales proveedores. 9. Predomina la política en la vida social y  las
relaciones fundamentales siguen las  reglas  del
“clan tribal”: a) La lealtad al grupo y su líder; b)
 el respeto al orden  jerárquico; c) asistencia al “vecino”  conocido (“Solidaridad”)  y
olvido e  incluso desprecio por los” otros “, los 
más  o
 menos desconocidos, 
los miembros de otro”
clan tribal “
, de los que se desconfía e incluso se
califica de “enemigos”(falsificado y miope sentido del concepto de “solidaridad”).
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           
Si se fijan bien, Hayek hace un dibujo perfecto de nuestra sociedad actual cuando de “socialismo” habla. Para él, el concepto de “socialismo” era un concepto muy amplio, que no sólo describía el “socialismo real” de las dictaduras comunistas, sino que incluía todo sistema social y político basado en el intento de sistematizar una sociedad mediante mecanismos de ingeniería social impuestos desde el poder. Asistimos con absoluta naturalidad (al menos la mayoría lo hace) a la intervención estatal en el mercado laboral, el energético, el de ocio, el de las profesiones liberales (como se decía antes), en la educación, la sanidad, el transporte, la vivienda, … convertidos en obedientes ciudadanos, ajenos al hecho de que lo legal es simplemente el dictado del poder, no necesariamente lo justo.
Las democracias occidentales han seguido en mayor o menor grado el camino socialdemócrata descrito por Hayek, lo que las convierte en vulnerables y caducas: no se puede domeñar la voluntad de las personas por siempre. El deseo de satisfacer las propias necesidades radica en la esencia misma del ser humano. La voluntariedad de las interacciones interpersonales no admite más diseño que el que realizan sus protagonistas directos, pues en caso contrario, siempre generarán insatisfacción. Ya está pasando: el proceso de polarización social al que asistimos en occidente es fruto de la socialdemocracia a la que nos hemos abandonado. Cada vez son más los obedientes que quieren imponer obediencia a todos los demás, pero cada vez son más también los que se sienten lesionados en sus relaciones formales con los otros, en su individualidad y en su deseo de prosperar. Populismos de izquierdas y derechas frente a los individuos maduros y responsables. Vamos perdiendo.
Considero las ideas de Hayek tan actuales como entonces, cuando las formuló. Y forman parte indispensable del cuerpo de ideas que deben subyacer en todo aquel que se declare defensor de una sociedad libre. Yo ya he tomado mi decisión. Y usted, estimado lector, ¿por cuál de las dos formas de sociedad se inclina? ¿con cuál se siente más identificado? 

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