jueves, 30 de junio de 2016

No: el 26J no hubo pucherazo (ni puede haberlo)

Ante la extensión (más que interesada) de la idea de "pucherazo" electoral en España, David Fernández analiza y refuta punto por punto las dos cartas electorales de supuestos miembros de mesas electorales (por todo lo que dicen es fácil ver que no lo son o han mentido descaradamente) que se les ha dado tanto eco mediático (incluidos periódicos) pretendiendo mostrar irregularidades en las elecciones (refutando a su vez a otros argumentos igualmente sin sentido que pretenden justificar el fraude). 


Otra táctica y técnica de Podemos para excusar su derrota y falta de apoyo de SU pueblo pretendiendo legitimarse (jalear, agitar y extender el fantasma de fraude electoral en España) a la basura. Algo sencillamente despreciable y sin prueba alguna, y que es fácil de comprobar cualquiera de las "irregularidades" que se pretenden denunciar. 

Artículo de Naroh:
Hace un par de días fueron las Elecciones Generales en España y desde entonces se han sucedido supuestas cartas de supuestos miembros de las mesas electorales hablando de fraude electoral, una tesis que una parte pequeña pero ruidosa de las redes sociales (espero que no de la sociedad en general) no ha parado de jalear.
A mi espalda tengo la participación en los procesos electorales de las Autonómicas de 2011, las Generales de 2011, las anticipadas en el Principado de Asturias en 2012, las Europeas de 2014, las Autonómicas de 2015 y las Generales de 2015. Con esto quiero decir que si bien sé que hay gente que tiene mucha más experiencia en el proceso que yo, también sé que hay mucha que tiene mucha menos (o directamente ninguna) y que necesita algunas aclaraciones que desmientan las, en la mayor parte de los casos, auténticas burradas que me hacen dudar de si es cierto que la persona que las firma estuvo realmente formando parte de una mesa electoral. 
La fuente es la cuenta de Twitter @anonymous_ue, que se ha dedicado en las últimas horas a agitar el falso fantasma del fraude electoral sin, lógicamente, ninguna prueba (porque tal fraude no existe).
Empezamos:

La carta de Ruth Bermúdez

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Esta mujer, Ruth, que no sabemos si es real o no, afirma que tras el recuento en el Colegio Electoral se dirigía hacia los Juzgados con 600 votos bajo el brazo y que al llegar a la Ciudad de la Justicia se enteró de que el PP se había declarado ganador cuando aún había millones de votos por escrutar.
Vamos paso por paso con las mentiras:
  1. Los votos se cuentan en el colegio electoral, cuando la votación cierra a las 8 de la tarde. En ese momento se introduce el voto por correo, se abren las urnas y el presidente y los vocales comienzan a contar los votos bajo la (atenta) mirada de los apoderados e interventores de todos los partidos políticos que hayan enviado representación y de todos aquellos ciudadanos que hayan querido presenciar el escrutinio (cualquier persona puede ir al colegio a las 19:55 y quedarse al ver el escrutinio: eso sí, las puertas se cierran así que tendrá que quedarse hasta que termine). Por lo tanto es mentira que los votos no estuvieran contados. 
  2. Los Representantes de la Administración pasan generalmente dos o tres veces por los colegios electorales: una para coger los datos de participación que se darán a las 14h, otra para hacer entrega de la retribución económica por formar parte de la mesa y una última vez, tras el cierre de urnas y escrutinio, para recoger los datos del mismo. Ruth, si estuviste como presidenta de mesa, ¿no viste a unos señores con smartphone o tablets preguntando (y te tuvieron que preguntar a ti) por el resultado de tu mesa electoral? Esos datos se transmiten mediante esos smartphones al centro de datos: antes de que tú llegues al juzgado el centro de votos ya sabe qué resultado hubo en tu mesa… ¡Porque se lo dijiste tú! Por tanto no, no saben por telepatía qué han votado los ciudadanos: tú se lo dijiste.
  3. Es radicalmente falso que fuera con 600 votos debajo del brazo, a no ser que tuviera 600 votos nulos o reclamados, puesto que tras el recuento y tras haber preguntado si hay protestas o reclamaciones por parte de los miembros de la mesa se procede a la destrucción de las papeletas válidas y no reclamadas, que son, básicamente, la inmensa mayoría. Sólo son las papeletas nulas o reclamadas las que, tras haber firmado todos los miembros de la mesa en ellas, se unen al acta de sesión y se meten en el sobre que se lleva al juzgado.
Queda claro que la tal Ruth está mintiendo como una bellaca: posiblemente no haya sido miembro de mesa en su vida y sólo sepa el funcionamiento del sistema de oídas. Porque ni siquiera se ha leído el manual.

La carta de Christian Avilés

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Otra carta denunciando fraude es la de Christian Avilés, a la cual el diario Público está dando cobertura (cada uno que saque sus conclusiones sobre por qué).
  1. Si tras el recuento faltaban votos es porque la mesa no ha cumplido con sus funciones de salvaguardar el voto correctamente, y el tal Christian, como Presidente, es el máximo responsable. Durante todas las elecciones en las que he estado en ningún caso, que recuerde, ha habido un problema de estas características: los votos se cuentan repetidas veces por personas distintas, generalmente (aunque cada mesa es un mundo) y el resultado cuadra.
  2. Es imposible que en un pueblo de la España profunda (toma respeto) suceda eso porque los escrutinios se hacen delante de los interventores y apoderados de los partidos políticos y es abierto a la asistencia de cualquier ciudadano, así que no vale con que se junten los 3 que se conocen (que, además, se eligen por sorteo para precisamente evitar estas cosas) sino que tendría que ser una conspiración de todos los partidos políticos. Y en un fraude electoral siempre sale perdiendo al menos un partido. Si hubiera habido fraude, ¿habría estado el apoderado de Podemos en el ajo? Es absurdo. Además, incluso si hubiera esa conspiración y un representante de un partido aceptase que le robaran votos (¿?), ¿de qué valdría entregar los votos como dice Christian que sería normal? Se cambiarían los votos de las papeletas, con la aquiescencia de todos los presentes, y listo. No tiene ningún sentido. 
  3. No, no se podrían haber alterado los resultados: para emitir un voto hay que localizar en el censo al ciudadano que vota y marcarlo.
  4. El voto por correo va en un sobre en cuyo interior están los sobres con los votos y la tarjeta censal del votante. Y es responsabilidad de la mesa (repito: con tres personas elegidas mediante sorteo y bajo la mirada de interventores y apoderados de la mayoría – si no todos – de los partidos políticos y de los propios ciudadanos que van a votar) su custodia. Nadie puede llegar y cambiar “un sobre por otro” porque no sólo llevan dos votos dentro: lleva también la tarjeta censal de la persona. Así que esa manipulación es inviable. 
  5. El escrutinio del Senado: sí, un escrutinio significa contar votos. Y cuando hay mil votos para una persona, pones mil equis y las cuentas. Y de nuevo: nadie puede inventarse los resultados porque el escrutinio se hace bajo la mirada de, generalmente y como mínimo, 7 personas (Presidente, vocales, interventores de los 4 partidos principales) y a veces incluso de más.

Otros argumentos locos

Para justificar el fraude se usan otros argumentos, igualmente absurdos y sin sentido:
  • Que Indra, “empresa relacionada con la Púnica, cuenta los votos”: Indra, empresa propiedad del Estado en un 20%, lleva realizando la centralización de los datos electorales desde tiempos inmemoriales: de hecho el año pasado fue la única vez que Indra no se encargó de ello desde el comienzo de la democracia: se hizo cargo Scytl y fue un desastre porque a la hora de dar resultados la web no funcionaba correctamente y hubo fallos durante todo el escrutinio. Y aunque lo llamemos recuento Indra no cuenta nada: los votos los cuentan las personas de las mesas electorales, y posteriormente un Representante de la Administración pasa recogiendo esos datos y transmitiéndolos vía telemática, ahora sí, a Indra, que lleva la centralización de los mismos y la web donde se muestra el resultado.
  • Se ha restado un millón de votos a Podemos, que se han sumado a la abstención: otro argumento que incluso figura en Plaza Podemos. Viene de comparar los resultados finales de 2015 con los resultados provisionales de 2016 (y no saber qué significa esto). Los resultados finales incluyen los votos de los residentes y los votos de los residentes ausentes (CERA), que se cuentan a los 3 días de las elecciones en un juzgado. Los resultados temporales no. Y teniendo en cuenta que hay alrededor de dos millones de residentes ausentes, hay dos millones de personas con derecho a voto que, hayan votado o no, se añadirán a los resultados tras el miércoles.
  • Que el fraude ha salido en el New York Times: Alguien con mucho tiempo libre se ha dedicado a photoshopear la portada. Aquí están la falsa y la original, que puedes ver por ti mismo aquí: Portada 27/06/2016.
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  • Las elecciones de Estados Unidos: efectivamente, en las elecciones de Florida con Jeb Bush y más adelante en las Generales de Al Gore contra Bush se cometió fraude electoral en las máquinas de votación. Y aquí la palabra importante es máquina de votación: en esas elecciones no se votó con una papeleta y un sobre, sino que se vota en una máquina que contabiliza el voto y da los resultados totales al final del día. Eso es voto electrónico. Por ello la compañía que hace las máquinas puede introducir un algoritmo modificado que cuente los votos de distinta forma, permitiendo el fraude electoral. En cambio en España no se vota así, sino que el escrutinio es abierto y público: Indra no “cuenta votos”, simplemente suma los votos que le dan los presidentes de las mesas tras ese escrutinio, y esos votos además son cotejables con las actas electorales que van a los juzgados y las copias que se llevan los apoderados e interventores y que obtienen los propios partidos políticos. De esa forma, si hubiera fraude, se detectaría al momento.
  • El voto por correo se contabiliza cuando cierran las mesas, así que no puede ser que falte por contar. Lo que se cuenta, efectivamente, es el voto por correo, que es el voto de los residentes en España que votan por correo. Esto no es lo mismo que el voto CERA, el voto de quienes viven fuera de España, que se recibe por valija y que se cuenta a los tres días de las elecciones. Supone cerca de 2 millones de votantes (de los cuales la inmensa mayoría son abstenciones).
El "intellectual" del doctorado.
El “intellectual” del doctorado.

La integridad de nuestro voto está protegida

El sistema electoral español da unas garantías muy amplias a la integridad del voto y es mucho más seguro que un sistema de voto electrónico. No sólo el recuento se hace en presencia de los representantes de los partidos y de cualquier ciudadano que quiera verlo, sino que además los partidos políticos se llevan un acta (varios, en realidad: de constitución de mesa, de sesión, de escrutinio…) donde figuran los votos que han sacado todos y cada uno de los partidos políticos que se presentan.
Estas actas que se llevan los interventores y apoderados van a parar al Partido, que después sólo tiene que sumar los votos reflejados en las actas para comprobar si hay alguna irregularidad en el conteo o no: es decir, si entre el escrutinio y los datos oficiales ha habido algún tipo de manipulación en el voto. Y lo pueden comprobar incluso al nivel más bajo:  los distritos y las secciones: por ejemplo, aquí podemos ver un ejemplo de resultados por distrito y sección en Lorca, MurciaCualquier partido puede bajarse el Excel y cotejarlo con las actas que tienen, firmadas por todos los miembros de la mesa, para comprobar que los votos no han sido modificados. 

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