martes, 28 de junio de 2016

Que los datos no te estropeen el post de Facebook


Alberto Escobar analiza las respuestas de los votantes de Podemos y cinco falacias mostradas reiteradamente en redes sociales tras la derrota electoral de Unidos Podemos.

Artículo de Compostimes:   

“…allí será el llanto y el crujir de dientes”

Mateo 8:12
Cualquier universitario que haya experimentado con los encantos de Jim Bardett’s sabe que a la fase de euforia etílica le suele seguir, bien la agresividad, bien la confusión. Tras la alegría inicial que trajeron los sondeos a pie de urna, los votantes de Unidos Podemos terminaron ayer la fiesta de la democracia como ese amigo al que hay que cuidar al final de la noche. Todavía bajo el influjo de esa droga depresiva que es el alcohol, esos pobres simpatizantes se aliviaron volcando su bilis en el ágora de la modernidad: Facebook.
Todavía no se había coreado el primer “¡Sí se puede!” frente a Génova 13 y las redes sociales ya ardían con comentarios indignados, memes incisivos y propósitos de emigrar a Portugal. Qué escándalo, qué escándalo, el PP ha vuelto a ganar. A pesar de toda la corrupción, todos los recortes, todo el autoritarismo y toda la razón que llevo yo. O temporao mores, oh, país de pandereta.
Lo llamativo de este discurso indignado no es que reprodujese el consabido “No sabéis votar”. En esta ocasión los posts de Facebook y los tuits no solo transmitían la exasperación del usuario, sino que sobre todo mostraban su preocupación por el rumbo a ninguna parte que ha tomado la patria. “Me entristece este país”, “tengo miedo por mi futuro”, “ya no me queda ninguna esperanza” son algunos de los mensajes que pude leer ayer en mitimeline. Los millenials hemos recuperado el espíritu de la generación del 98, y nos duele España.

Las malas lenguas dirán que tal preocupación sobre los límites de la democracia no se manifestó ni el pasado 20-D, cuando Podemos irrumpió en el Congreso, ni en las pasadas municipales, cuando Podemos se alzó con el gobierno de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, A Coruña y un largo etcétera.
 Pero ya sabemos que las lenguas son malas, y que el único apéndice bucodental popular y democrático es la sonrisa.La decepción llevó a algunos a cuestionar incluso el fundamento mismo de la democracia. “En realidad, el pueblo no plantea ni decide, sino que las cuestiones que determinan su destino las plantean y las deciden otros”. “Después del brexit y de estas elecciones, ¿qué capacidad tienen los votantes para decidir sobre cuestiones de importancia?”
Todos estos lamentos y negros augurios sobre el futuro de España y de nuestra democracia, pese a estar bien intencionados, se sustentan en datos que son medias verdades o mentiras enteras. A riesgo de quedarme sin amigos en Facebook, procedamos a examinar las cinco falacias más repetidas en estos exaltados posts post electorales:
1. Gerontofobia
“Putos viejos”, “los pensionistas que votan al PP están jodiendo a los jóvenes” y otras muestras de cariño a los ciudadanos de la tercera edad han circulado estos días por las redes sociales. Todavía no alcanzo a comprender qué tendrá que ver el voto de mi abuela con el hecho de que la suma de Podemos e IU perdiese más de un millón de votantes respecto de las elecciones del pasado diciembre. Pero claro, a lo mejor UP no superó los 71 escaños precisamente por el voto de mi abuela.
maestre
2. Amor rural
Con frases como “el voto rural acaba de abofetear en la cara a todos los votantes urbanitas” o “la España profunda sigue votando a Franco”, los críticos del PP ponen de manifiesto que Mariano Rajoy solo ha conseguido arañar escaños en provincias de la bucólica campiña. No sé muy bien a qué provincia agraria se referían, si a Madrid, donde los populares obtuvieron un 38,27% del voto emitido, a Valencia (34,06%) o a Zaragoza (34,96%). Al lector que me lo aclare prometo invitarle a un fin de semana en una casa rural en el Paseo de la Castellana.
3. Lucha de clases
“Hoy ha ganado el clasismo, la sanidad privada y la educación para unos pocos”. Y ni se te ocurra dudar que los ancianos pensionistas (1) de la España profunda (2) sean ricos potentados (3), que nos conocemos. Y ni se te ocurra venirme con que el CIS dice que Podemos es el partido más votado en los hogares con mayores ingresos, que la estadística solo es útil si confirma mis prejuicios.
CIS
4. El complot del sorpasso
Teresa Rodríguez, dirigente de Podemos-Andalucía y conspiranoica amateur, ha reaccionado al fallo de las encuestas preguntándose si el sorpasso no sería“un invento para fabricar un supuesto fracaso”. Parece que la culpa de que ayer no obtuviesen más votos que el PSOE no la tienen los líderes de Unidos Podemos, sino las casas de encuestas o España entera (“¡España dimisión!”). Claro que si la gente miente en las encuestas solo hay una conclusión posible y es que…
5. La gente es gilipollas
Aquí las contradicciones del simpatizante de UP alcanzan el paroxismo. Según su lógica, Podemos es el partido de la gente, pero la gente es gilipollas porque vota al PP, así que los que votan al PP o no son gente, o por lo menos no son gente decente. No acabo de estar muy convencido de que sea muy decente llamar gilipollas a la gente que ha votado distinto que tú. Sus razones tendrán. O no, qué carallo.
pp
Leyendo Facebook y Twitter parece que España solo alcanzará una democracia plena cuando solo puedan votar los jóvenes. De las ciudades. Y que tengan una carrera. Y que sean de letras. O de ciencias (políticas). Y que enseñen la papeleta antes de votar, no vaya a ser que acabe votando un gilipollas.

Echenique aseguraba hoy no saber lo que ha pasado. Yo estoy dispuesto a ahorrarle miles de euros en analistas: ha pasado que la gente no les votó.Elegir entre hacer autocrítica o seguir ahogando las penas en Bardett’s está ahora en sus manos.

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