miércoles, 21 de septiembre de 2016

Perfiles antiliberales: Pablo Iglesias

Samuel  Vázquez analiza el perfil antiliberal de Pablo Iglesias.
Pablo Iglesias, un perfil antiliberal
Si eres hijo de un miembro del FRAP y una abogada de CC.OO; si aprovechando que te apellidas Iglesias, tus papis te ponen de nombre Pablo en homenaje al fundador del PSOE y la UGT; puedes tener clara una cosa: nunca vas a ser libre, estás pre-programado para pensar de una determinada manera, el denominado pensamiento único.
El líder de Podemos es el típico producto defectuoso de un país occidental capitalista y cristiano: el hecho de no haber pasado hambre jamás, de no haber vivido nunca una guerra, y de disfrutar de un régimen de libertades que convierte a los jóvenes en personas con muchos derechos y pocos deberes, le convirtió a él en el típico niño malcriado que tiene de todo y no sabe apreciarlo.

Pero el tío, eso sí, es un crack capaz de trincar una beca de Caja Madrid, cuando ésta ya desahuciaba; beca entregada en mano por el actual Rey, entonces Príncipe; irse un año a Cambridge y volver después de gastarse la pasta a España a criticar a la Banca y a la Monarquía, ¡no me digan que no es un genio!
Trincas la pasta de la Banca de manos de la Monarquía, te la pules y luego vuelves a ponerlos verdes, genial, eso sí que son principios: los del marxismo grouchiano. Después de eso ya podía vender neveras a los esquimales…o a los españoles.
Estudió políticas en la Complutense en los años duros, los años en los que un profesor de la vecina facultad de filosofía (Gabriel Albiac) tuvo que cesar las clases y pedir amparo al rector por el acoso que sufría por parte de alumnos y profes que luego acabarían siendo parte del germen de Podemos, por cometer el delito de escribir un artículo criticando la deriva del entonces emergente Hugo Chávez. El articulista empezó a recibir insultos y amenazas en la propia universidad, pero luego su nombre apareció en el Diario Gara, y eso ya eran palabras mayores.
Con los años supimos que lo que defendía la chavalería en aquella universidad acabaría siendo la principal fuente de financiación de muchos de ellos, incluido Pablo.
Antes de ser político, empezó siendo un animal televisivo, porque él sabía que en este país los escaños se ganan en la tele. Y aunque muchos no lo sepan, no empezó en La Sexta, sino de tertuliano en Intereconomía y La 13. Sí, correcto, dos de las cadenas que ahora no permite ver a sus súbditos, porque eso es lo que tienen las sectas, que hay cosas que sólo puede hacer el amado líder y para las que no están preparados sus fieles.
En las tertulias descubrió que el nivel lo marcaban Elisa Beni, Revilla, Pablo Casado o Antonio Miguel Carmona y claro, se dijo así mismo: joder, esto está tiradovamos a hacer un partido político.
Desde que está en política no cuenta una verdad ni al médico, lo primero que prometió en su programa de engaño masivo fue una paga para todos que ya no existe. También iba a impagar la deuda y salir del euro, pero claro, esas tonterías sólo cuelan en las tertulias de la tele. Era muy amigo de Grecia, pero ya han quemado todas las banderas helenas que sacaban en los mítines después del enésimo fracaso del populismo en aquel país. Se jartó de decir que el PP y el PSOE eran la misma mierda: la casta; pero cuando hizo números y vio que con los socialistas se podía llegar a tener el CNI, RTVE, Guardia Civil, Policía Nacional…y sillones, muchos sillones…y dinero y poder, mucho poder…entonces con el PSOE ya se podía hacer un gobierno de progreso, la casta ya no era tan casta.
En su secta todo cuela, se puede ser ladrón, sinvergüenza, abusador sexual, agresor de embarazadas…si es de los nuestros se defiende. Porque el mundo se divide en buenos (nosotros) y malos y fachas (los demás), y no nos podemos salir de ahí, que para eso nuestro cerebro se programó en el pensamiento único.
Luego hay mucho folklore: banderas, canciones, frases hechas, eslóganes… Yo lo llamo: fast culture, como la comida rápida, fácil de digerir, pero perjudicial para la salud, en este caso para la mente. Cultura de rincón del vago y wikipedia.
Lo que sí tiene claro Pablo es que es antiliberal. Porque el liberalismo es el demonio que deja a la gente pensar por sí misma y salirse de la doctrina de la secta, y eso es peligroso para su plan de asalto al poder.

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