domingo, 26 de febrero de 2017

Así es como el Partido Comunista de España justificó la invasión nazi-soviética de Polonia

Elentir muestra las repugnantes consignas de los comunistas españoles (y europeos) en defensa de la invasión nazi y soviética de Europa (que comenzó en Polonia). 

Y es que pocos conocen (tal es el patético blanqueamiento que han recibido el comunismo en su historia) el pacto nazi-soviético del principio de la II Guerra Mundial, en el que eran aliados, y firmaron repartirse Europa (hasta que se rompió el pacto), como así sucedió al principio con Polonia, las Repúblicas Bálticas y Finlandia. 
Artículo de Contando Estrelas: 
En septiembre de 2015 os hablé aquí de la equidistancia y el pacifismo adoptados por el Partido Comunista de Francia (PCF) ante la invasión alemana de Polonia, por orden directa de Moscú.
Las órdenes de Moscú a los comunistas tras el pacto nazi-soviético
El 23 de agosto de 1939 los ministros de asuntos exteriores de Hitler y Stalin firmaron en Moscú el Pacto Ribbentrop-Molotov, un acuerdo de no agresión entre Alemania y la URSS, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias se repartían Polonia, las Repúblicas Bálticas y Finlandia, un protocolo descubierto por los Aliados en 1945 y que la URSS negó hasta 1989. La Internacional Comunista, controlada por Stalin y con sede en Moscú, dio órdenes a los partidos comunistas de sabotear el esfuerzo de guerra contra los alemanes. Ese sabotaje se tradujo, especialmente, en acciones de propaganda de los comunistas para promover el derrotismo y justificar la invasión de Polonia. El 9 de septiembre de 1939 Georgi Dimitrov, secretario general de la Internacional Comunista, dirigía un telegrama a la cúpula del PCF afirmando: “El proletariado mundial no debe defender a la fascista Polonia.” Faltaban ocho días para que las tropas soviéticas penetrasen la frontera oriental de Polonia, de modo que esa consigna se refería a la invasión alemana. Ante la reacción de los gobiernos de Francia y el Reino Unido declarando la guerra a AlemaniaDimitrov señalaba: “los comunistas deben declararse en contra de la guerra, dejar al descubierto su carácter imperialista, votar en contra de los créditos militares, informar a las masas de que la guerra traerá miseria y agravará las cadenas de la explotación.” Las acciones de propaganda de los comunistas se centraron en dirigir la mayoría de sus críticas contra los gobiernos del Reino Unido y de Francia, como si fuesen los verdaderos culpables de la guerra.

Artículo de Dolores Ibárruri en el primer número del periódico “España Popular”
El Partido Comunista de España dirigió su propaganda contra Polonia
El Partido Comunista de España (PCE), como los demás, siguió esas consignas de Moscú al pie de la letra. Así lo hizo desde el periódico “España Popular”, editado desde México y que sirvió como portavoz del PCE durante la contienda. El primer número (se puede descargar aquí) se lanzó el 18 de febrero de 1940. En portada incluía un artículo de Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, miembro de la cúpula del PCE exiliada en la URSS, tachando la contienda de “guerra imperialista” y culpando a “Francia e Inglaterra” de la derrota republicana en la Guerra Civil Española el año anterior. Pero la dirigente del PCE iba más allá. En la parte final de ese artículo, en la página 6 del periódico, Ibárruri escribió: “Los portavoces socialdemócratas del imperialismo inglés y francés repiten cada día que hacen la guerra para “restaurar la Polonia”, en nombre de la democracia y del derecho de los pueblos.” Y un poco más abajo, añadía: “Ellos dicen ayudar (aunque bien sabemos hoy cuánto vale esta ayuda) a Polonia, donde millones de ukranianos, bielorrusos y judíos ni siquiera tenían el derecho de hablar libremente su idioma, y vivían en condiciones de parias. Estas palabras Ibárruri son una clara justificación de la invasión de Polonia. Es una paradoja que invocase a los judíos para justificar una invasión que iba a dar lugar a un genocidio contra ese pueblo.

Dolores Ibárruri pronunciando un discurso
Las mentiras de Ibárruri para desprestigiar a los polacos
La dirigente comunista insistía, un párrafo más abajo, en su justificación de la invasión nazi-soviética y en sus críticas a británicos y franceses: “Ellos se declaran solidarios con los gobernantes de la Polonia reaccionaria, desaparecida sin honor y sin gloria, porque los terratenientes polacos, los coroneles venales y que formaban su gobierno y que no representaban la voluntad del pueblo polaco -que no tenía ni voz ni voto para decidir sus destinos-, representaban, sin embargo, los intereses de los banqueros y grandes capitalistas de Londres y París.” Ibárruri mentía: Polonia era una democracia y el pueblo polaco se resistió de forma admirable a la invasión alemana. Lo que iba a ser un paseo militar derivó en una operación más complicada y que tardó más de un mes en terminarse. Ya antes de que acabase la invasión, los polacos empezaron a organizar movimientos de resistencia. De hecho, el mayor movimiento de resistencia de la contienda fue polaco, el Armia Krajowa, que era fiel al gobierno polaco en el exilio, el gobierno legítimo de Polonia.

Soldados alemanes ejecutando a civiles polacos durante la invasión de Polonia en 1939
Justificando de forma preventiva la venganza de Stalin
Por supuesto, con su justificación de la invasión de Polonia, Ibárruri no estaba pensando especialmente en la ofensiva alemana, sino en la ofensiva soviética. En su artículo, la dirigente comunista hacía suya la inquina histórica de la URSS contra Polonia, que en 1920 había frenado la invasión bolchevique de Europa Central en la Batalla de Varsovia. Stalin recordaba bien aquellos hechos, y Dolores Ibárruri plasmó el ansia de venganza de la URSS sin rodeos“El deseo de restablecer de nuevo aquel cordón sanitario, aquella base para ataques militares contra el país del Socialismo, que era el papel que jugaba Polonia, Estado creado artificialmente y que era un conglomerado heterogéneo, creado por el Tratado de Versalles: Polonia no debía servir a otro fin.” Una vez más la dirigente comunista española demostraba su ignorancia o su mala fe: Polonia apareció como reino en el siglo X, y fue una de las grandes potencias europeas en los siglos XVI y XVII. En 1683 fue la caballería polaca de Jan III Sobieski -los famosos húsares alados- los que salvaron Viena y frenaron el expansionismo turco en Europa, una batalla que merece ser equiparada a la victoria naval de Lepanto en 1571. Además, es una paradoja que Ibárruri, defensora de un Estado tan heterogéneo como la URSS, criticase a Polonia por su heterogeneidad. Como ha ocurrido tantas veces, la propaganda comunista fallaba en términos de lógica.

Kazimiera Mika, una niña polaca de diez años, llora ante el cadáver de su hermana, asesinada por los alemanes mientras recogía patatas en un campo a las afueras de Varsovia, en septiembre de 1939
Ibárruri dijo que con la invasión millones de personas “han conquistado su libertad”
Finalmente, Ibárruri lanzaba un alegato radicalmente antipolaco: ¡La Polonia de ayer, cárcel de pueblos, República de campos de concentración, de gobernantes traidores a su pueblo, que estaba constituída a la imagen de la democracia de los Blum y Citrine! La socialdemocracia llora sobre la pérdida de Polonia, porque el imperialismo ha perdido un punto de apoyo contra la Unión Soviética, contra la patria del proletariado. Llora por la pérdida de Polonia, porque los ukranianos, bielorrusos, trece millones de seres humanos, han conquistado su libertad.” Me pregunto qué tienen que decir hoy los comunistas españoles ante estas infames afirmaciones, hechas mientras los nazis masacraban al pueblo polacoEs grotesco leer a Ibárruri llamar a Polonia “República de campos de concentración” desde la capital de la República del Gulag, un estado comunista que deportó y envió a masas enteras a campos de concentración por motivos políticos, religiosos e incluso étnicos. Como español y como demócrata sólo puedo manifestar mi repugnancia hacia la servil actitud del PCE, que se limitaba a repetir como un loro las consignas dictadas por Stalin. Quiero terminar estas líneas con un homenaje hacia los millones de polacos que luchaban por su libertad mientras Ibárruri justificaba a los nazis que les estaban invadiendo:
Niech żyje Polska!

Soldados de la resistencia polaca en el Alzamiento de Varsovia de 1944

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