miércoles, 22 de febrero de 2017

Curry, modelos climáticos, y alarmistas trumpifai

Plazaeme se hace eco de la publicación de la climatóloga Judith Curry sobre lo inadecuados que son y los graves errores que cometen los modelos climáticos y la reflexión que conlleva. 

Artículo de PlazaMoyua:
La climatóloga Judith Curry acaba de publicar una pieza sobre los modelos climáticos y el uso muy inadecuado que se les da.
curry-climate-models
Resumen ejecutivo.
Hay considerable debate sobre la fidelidad y utilidad de los modelos climáticos. Este debate ocurre dentro de la comunidad de científicos del clima, que están en desacuerdo sobre el peso que se les debe dar a los modelos respecto de los análisis observacionales. Los resultados de los modelos se usan también por los economistas, las agencias reguladoras, y los responsables políticos. Los modelos han recibido considerable escrutinio de la comunidad más amplia de científicos, ingenieros, expertos de software, y filósofos de la ciencia.  Ese informe intenta describir el debate que rodea los modelos climáticos para un público educado pero no técnico.
Yo le veo un problema. Para el que ha seguido la discusión del cambio climático no tiene nada que no conozca, y pare el que empiece de nuevas puede ser un poco “duro”. Tal vez se puedan resaltar un par de puntos para tratar de esquematizar la línea argumental. Serían el uso que se les da a los modelos, y los problemas conocidos y muy obvios que tienen para ese uso.
Los modelos son herramientas útiles para tratar de comprender, muy a groso modo, el funcionamiento del sistema climático y las interacciones entre sus partes. O algunas de ellas. Pero se usan para atribuir la mayor parte del calentamiento observado desde 1950 al CO2, y para decidir qué problemas producirían las emisiones de CO2 en caso de continuar. El trabajo de Curry es un exhaustivo repaso de por qué no sirven para ninguno de estos dos últimos propósitos. Pero ni de lejos.
Sin ánimo de un resumen completo, los problemas por los que los modelos no sirven para averiguar esos dos aspectos clave de cara a las “políticas climáticas”, vienen de la forma de hacerse los modelos y de los resultados contrarios a las observaciones que producen.
Resultados. Con los modelos tratan de decir cuánto calienta el CO2 que se emite, y qué otros efectos causa ese calentamiento — como subida del nivel del mar, sequías, huracanes, o lo que sea. Pero eso se puede tratar de averiguar también observando el calentamiento y el aumento del CO2 que ha habido, sumado al resto de elementos que influyen en el clima. Y los dos procedimientos producen resultados muy distintos. Si ponemos los estudios observacionales más recientes comparados con el rango de los modelos, podemos verlo en este cuadro.
ecs-estudios-recientes
De los estudios observacionales sólo hemos puesto el valor más probable. En su distribución de probabilidades se meten más dentro y más fuera del rango de los modelos. Como esto (faltan algunos, que no tengo):
Los CMIP (en naranja) son los modelos. Los azules, los cálculos con observaciones. Y Curry explica que la parte alta de los estudios que se reflejan ahí ha quedado desfasada por recientes estudios (Stevens 2015) sobre uno de los elementos que toman en consideración. El efecto de los aerosoles. Y todos deberían revisar a la baja su resultados en la parte superior. El único que lo ha hecho es Lewis, y queda así con la raya azul marcando el límite superior (95%).
lewis-usando-stevens
Son resultados incompatibles los de los modelos y los de las observaciones. Y por eso el último informe del IPCC (2013) se limitó a proporcionar un rango (1,5 – 4,5), sin poder dar un valor más probable — como tenía por costumbre. Explica que es por la discrepancia entre “las distintas líneas de evidencia”, donde “evidencia” son las observaciones … ¡y sobre todo los modelos!
El “tuneado” de los modelos. Explica Curry, con las citas oportunas, que los modelos tienen un motón de ajustes arbitrarios, cada uno distintos. Y su capacidad para reproducir (más o menos) las temperaturas del siglo XX no viene de su calidad, sino de la selección oportunística de un conjunto de ajustes. Pero entonces la atribución del calentamiento de la segunda mitad del siglo, y del futuro calentamiento, es una broma. Tienes un resultado (mas o menos) adecuado porque ya sabías las temperaturas que tenías que reproducir, y tienes ajustes a la carta para hacerlo. Pero puedes haberlo conseguido usando las razones equivocadas. Y eso no te hace saber lo que pasará en el futuro, ni la causa de lo que observas.
Problema gordo: Estos modelos, que obviamente exageran (Curry dice que como X2) el calentamiento del CO2, son los que usan los economistas para que luego los políticos hagan las leyes. Y todo parte de una manzana podrida.
Este es, más o menos, el resumen de la línea argumental. Hay muchos más detalles, por supuesto.
¿Cómo responden los alarmistas a la crítica de los modelos? Como siempre. Con la carallada de que es la mejor herramienta que tenemos. Pero eso no te dice ni que la herramienta sea buena, ni que sea adecuada. Un ejemplo de discusión en Twitter:
curry-twitter
Son unos jetas. No hay más que abrir los ojos para darse cuenta de que el clima (global) es mucho mejor en los siglos XX/XXI que en los siglos XVII/XVIII. Y, por ejemplo, la subida del nivel del mar que citan lleva subiendo al mismo ritmo inocente desde mucho antes de los “efectos antropogénicos” en el clima.
¿A quién le ha preocupado jamás la subida del nivel del mar de 1900 a 1960? ¡Pues es la misma que de 1960 a aquí! Y el mamón alarmista lo sabe de sobra, pero lo usa aunque no tenga sentido.
Nota: Los gráficos no vienen del trabajo de Curry, pero es de los estudios que habla y se ve mejor.
Fuente, The Global Warming Policy Foundation.

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