sábado, 9 de diciembre de 2017

Los ecologistas quieren encarcelar a un científico argentino por hacer su trabajo

Daniel Rodríguez Herrera se hace eco en el siguiente artículo. 

Artículo de Libertad Digital: 
El famoso glaciar argentino Perito Moreno. | Pixabay/CC/samboep
El geocientífico argentino Ricardo Villalba está especializado en paleoclimatología y es colaborador del IPCC; parte, por tanto, del famoso consenso científico en torno al cambio climático. Pero eso no lo ha librado de las iras de los ecologistas, que lo acusan de colaborar con una empresa minera para exculparla de envenenar el medio ambiente. ¿La razón? Seguir los estándares internacionales al hacer el inventario de los glaciares argentinos.
Villalba era director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) en 2015 y 2016, cuando se detectaron derrames de cianuro que se achacaron a la actividad minera de la empresa canadiense Barrick Gold. La causa contra la compañía fue archivada, pero pese a ello ha continuado un proceso contra la institución científica alentado por activistas ecologistas, que lo acusan de ser responsable del derrame por no haber catalogado un pequeño glaciar cercano a la mina, lo que según ellos habría impedido a Barrick instalarse en las cercanías. El 27 de noviembre un juez lo ha procesado por abusar de su autoridad y violar su deber como funcionario público.
La IANIGLA bajo la dirección de Villalba comenzó en 2011 a catalogar todos los glaciares argentinos pero limitándose a los que tienen más de una hectárea de extensión siguiendo los estándares internacionales para el análisis de glaciares a través de imágenes de satélite, porque no es técnicamente viable la detección de glaciares más pequeños. Pero el grupo ecologista Jáchal No Se Toca demandó a la institución por no hacer un inventario de los glaciares más pequeños y, según las leyes argentinas, el responsable no sería el instituto sino su director en ese momento.
El científico ha recibido el apoyo de las revistas Science y Nature, que han publicado artículos explicando el caso y recogiendo las opiniones de otros científicos, que no dudan en establecer un paralelismo entre esta situación y la condena a seis sismólogos italianos por homicidio imprudente al no haber sido capaces de predecir el terremoto de L’Aquila de 2009, aunque más tarde fueron absueltos en apelación.

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