lunes, 22 de enero de 2018

Australia y el programa de austeridad que Rajoy no se atreve a hacer

Diego Sánchez de la Cruz analiza el camino empleado (y su éxito) del Partido Liberal de Australia tras la crisis de los 90 y cuan distante es del empleado por el PP de Rajoy, que mantiene al país con un enorme déficit anual y nivel de deuda (con impuestos muchísimos mayores a antaño) pese al crecimiento económico, manteniendo así peligrosos desequilibrios que volverían a dañar mucho a la sociedad con un ciclo distinto. 

Artículo de Libre Mercado: 
El exitoso programa de austeridad de Australia, al detalle
Fundado en 1945, el Partido Liberal de Australia es una de las agrupaciones políticas más fuertes del país oceánico. Entre 1996 y 2007, su líder John Howard encadenó tres legislaturas al frente del gobierno del país, en el marco de una alianza con un pequeño partido conservador. El periplo de Howard como premier estuvo marcado por la aplicación de distintos programas de ajuste que han pasado al recuerdo como un buen ejercicio de austeridad presupuestaria.
El encargado de diseñar las medidas de estabilización fiscal fue Peter Costello, que ejerció el cargo de ministro de Hacienda entre los años 1996 y 2007. El político liberal ha publicado recientemente un artículo en el que desgrana los ingredientes centrales de los programas de ajuste implementados por los sucesivos gobiernos de John Howard.
"A la hora de evaluar el desempeño fiscal de un país, parece evidente partir de que una economía en crisis lo tiene más difícil para esquivar un escenario de déficit en las cuentas públicas. La pérdida de empleo, la caída del consumo… generan menos ingresos. Las prestaciones sociales, los estabilizadores automáticos… suponen más gasto. No obstante, una vez la economía vuelve a crecer, lo normal es que el presupuesto se equilibre sin necesidad de grandes ajustes. Pero, ¿qué pasa cuando la economía va mejor y la hemorragia fiscal creada en los días de vacas flacas no termina de desaparecer? ¿Cómo evitar un círculo vicioso de endeudamiento en momentos buenos y más endeudamiento en momentos malos? Esas son las preguntas que me hice cuando fui nombrado ministro de Hacienda de Australia, a comienzos de 1996", explica Costello.
"Nuestra economía entró en recesión en 1991 y las cuentas públicas se resintieron casi inmediatamente. En cuanto se recuperó el crecimiento, el gobierno prometió acabar con el desequilibrio fiscal. Se dijo que en 1995 habría un superávit presupuestario pero la cruda realidad es que, llegado dicho año, el gobierno de Australia acumulaba siete déficits consecutivos", recuerda Costello antes de añadir que, en el momento en que asumió la cartera de Hacienda, el descuadre seguía alcanzando el 2% del PIB.

Explicar con claridad

"Al llegar al poder, preparé un discurso para explicar con claridad lo que íbamos a hacer en los siguientes años. Recordé a los australianos que habíamos heredado un preocupante camino de deuda y déficit que comprometía la estabilidad de las finanzas públicas en el corto, medio y largo plazo. Insistí en que aquel era un problema creado por otros gobiernos pero también señalé que nuestra intención era hacernos cargo y corregir el desfase fiscal", apunta el ex ministro.
"En nuestro primer presupuesto, planteamos un ajuste a dos años. El grueso de las medidas las volcamos por el lado de los gastos, con un tajo del 1,7% del PIB. En cuanto a los ingresos, también tomamos medidas recaudatorias, pero solamente por un monto del 0,4% del PIB. Por cada euro de ingresos adicionales, cuatro euros de reducción presupuestaria", señala Costello.
"Una de las claves en aquel programa de ajuste fue que dejamos claro desde el principio que buscaríamos oportunidades de ahorro en todos los ámbitos del gobierno, sin excepción. No había vacas sagradas: todas las partidas de gasto debían ser revisadas. Otra de las claves de nuestra estrategia fue insistir en la importancia de mantener una mayor lealtad entre jóvenes y mayores. Insistimos una y otra vez en que no podíamos hacer que los mayores se enriquezcan costa de cargar de deudas y más deudas a los jóvenes. En todo momento dejamos claro que la deuda de hoy son los impuestos de mañana", explica.
"Concurrida la primera legislatura, con el presupuesto equilibrado, empezamos a introducir otro tipo de reformas. Para empezar, creamos una especie de Impuesto sobre el Valor Añadido pero eliminamos siete gravámenes indirectos que existían hasta entonces. A continuación, aprobamos distintas rebajas fiscales en el Impuesto sobre la Renta, el Impuesto de Sociedades y los impuestos al ahorro. Nuestra calificación de deuda mejoró dos escalones, hasta volver a la nota de triple A (AAA). Los gobiernos que nos han sucedido no han mostrado la misma capacidad de control del gasto, pero la posición fiscal australiana ha mejorado", concluye el político liberal.

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