martes, 8 de mayo de 2018

Maduro quiere quedarse con el dinero que envían los emigrantes venezolanos a sus familias

La dictadura sigue avanzando sin freno alguno. La nueva intención de Maduro es hacerse con todo el dinero que los venezolanos en el extranjero (las remesas) envían en ayuda de sus familiares (que alcanza al 14% de la población) y que al ser en divisa extranjera tienen un elevado poder adquisitivo ante la manipulada y sin valor moneda venezolana. 
Socialismo es miseria, socialismo es robo, socialismo es imposición, socialismo es explotación, socialismo es destruir las libertades y imposibilidad de la búsqueda de los fines vitales de cada uno. Frente a los hechos, queda solo la propaganda y el mito, su mayor arma, y que tanto éxito le da. 
Patricia Malagón informa en el siguiente artículo. 

Artículo de Libre Mercado: 
Nicolás Maduro | EFE
La intervención de Banesco por parte del Gobierno de Venezuela tiene, entre otras intenciones, apoderarse de las remesas que envían los cuatro millones de venezolanos emigrantes a sus familiares, según aseguran diversos analistas financieros. Aunque no lo tendrá fácil, el Ejecutivo liderado por Nicolás Maduro podría hacer quebrar el banco en los próximos meses.
Desde 2008, la tensión entre el Gobierno de Chávez y la entidad bancaria ha sido patente. Sin ir más lejos, el pasado año, Diosdado Cabello insinuó una posible compra o nacionalización de Banesco por parte del Estado. Finalmente, doce meses después, el régimen ha dado un golpe en la mesa al apoderarse de la entidad más grande del país, que tiene empresas financieras en Panamá, República Dominicana, Miami, España y Portugal.
Banesco, solo perderá la parte venezolana -representa un 1% del total de sus activos-. La intervención del banco es solo una prueba más del camino a la dictadura que Maduro inició en marzo de 2017. Con la nacionalización de la entidad, el Gobierno mandó encarcelar a once directivos, retenidos por autoridades militares.
58 años después de la nacionalización de toda la banca privada en Cuba, Maduro está tratando de emular la receta castrista, que tuvo un pésimo resultado. Lo que en principio parecía un plan de nacionalización, encubre la idea de controlar 500 millones de dólares anuales que los venezolanos que han salido del país envían a sus familiares. En Venezuela, donde el salario mínimo, no supera los 7 dólares al mes, recibir 100 dólares mensuales por parte de sus familiares emigrantes es todo un salvavidas para poder comprar productos básicos.
Según un informe de Datos, a finales de enero de 2018, el 14% de la población mayor de edad residente en el país -unos tres millones de personas- reciben de manera habitual dinero, alimentos y medicinas del extranjero. Esta decisión de Maduro será un duro golpe para los venezolanos que reciben estas ayudas exteriores.
Hace solo unas semanas, durante un discurso, Maduro ya dejó entrever la intención de apoderarse de estas remesas. "Todas las personas que están enviando remesas. Hay que ir a la captura de eso, al apoyo de eso, con mucho dinamismo, para cualquier persona que viva en el exterior y quiera enviarle 300 dólares a su familia, tenga el sistema, a través de la banca, una cuenta bancaria, y esa cuenta bancaria pueda funcionar de manera directa con el sistema de oferta de Dicom y apoyar a su familia, como pasa en todos los países del mundo".
El diario La Opinión de Cúcuta informó que el flujo de remesas en el Norte de Santander, en Colombia, hacia Venezuela se disparó en 86% en apenas un año, al pasar de 68,7 millones de dólares en 2016 a 127,8 millones en 2017. Un dato que se ve reflejado en la opinión del economista Asdrúbal Oliveros, quien prevé que estas remesas puedan alcanzar los 1.000 ó 1.500 millones de dólares a corto plazo.

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